martes, 2 de agosto de 2011

Atreverse a pensar


Unos, acaso fieles a la tradición , lo celebran el 9 de febrero, recordando al cubano Manuel del Socorro Rodríguez  y su Papel Periódico de Santafé de Bogotá, esa hoja que quiso dar cuenta de las convulsiones sufridas  por una  sociedad anclada en el vórtice mismo de la avanzada colonial.  Otros trasladaron la fecha  para el 4 de agosto, en honor  a don Antonio Nariño y su tan citada traducción de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre. Algunos más hacen moñona y celebran el  llamado  Día de los  Periodistas tanto en febrero como en agosto, cuando desde los sectores público y privado se acuerdan  de esas personas que van por el mundo, grabadora y libreta en mano,  arriesgando la vida en ocasiones y en otras vendiéndole el alma al diablo en una nefasta  modalidad de trueque donde se cambia independencia  por publicidad.
En cualquiera de los casos se trata de enfatizar en la necesidad  que tiene toda  sociedad   con aspiración de alcanzar unas condiciones mínimas de libertad y dignidad   de remitirse al periodismo  como herramienta para contar y pensar la realidad.  De  contarla para que sus integrantes  sepan de dónde vienen los fenómenos y hacia dónde pueden llevarlos.  De pensarla para que  puedan ubicarse  en un contexto que les permita  comprenderse a sí mismos y  al entorno del que forman parte. Contarla implica reconocer la historia como el escenario donde los seres  humanos se asoman a las claves de su discurrir vital y por ese camino se descubren parte de un entramado donde la economía, la política, la religión, el arte y la cultura devienen expresión visible de la suma  de ambiciones,  temores,  dichas y desventuras que son la materia de la que está tejido el  destino de la gente.  Pensarla demanda sentirse   parte de esa historia y no meros agentes de un designio que  los poderes de toda estirpe quisieran imperecedero.
Una  celebración del Día  de los Periodistas  en un país como Colombia implica entonces,  más  allá del siempre saludable brindis, un ejercicio de autocrítica por parte de medios y de profesionales del oficio, que permita pensar el papel jugado hasta ahora en medio de los equívocos de unos regímenes políticos cada vez más soportados en los viejos y efectivos trucos de los caudillismos, que tan buenos dividendos le dieron siempre a los gobiernos  totalitarios, fueran estos  comunistas, fascistas o con ínfulas democráticas : la invocación  permanente a  conceptos tan abstractos como esos de patria y destino manifiesto, la manipulación descarada del lenguaje a través de la propaganda y la apelación reiterada  a la   irracionalidad de las masas expresada en índices de popularidad.
A todas estas, con  una democracia en ciernes amenazada desde el mismo   Estado, la tarea de los periodistas tendrá que ser doble: luchar para mantener una  dosis de independencia cada día más escasa  y confrontar  a una sociedad sumida cada vez más en  un unanimismo forjado a la medida de los encuestadores y las  agencias de publicidad. Por supuesto, esa tarea no la emprenderán los grandes medios de comunicación en poder de los  grupos económicos, tan satisfechos como viven   con el estado de las cosas. Será más bien  un ejercicio solitario y terco cuyo instrumento fundamental es la lucidez, tal como lo  sugería  en su declaración de principios la revista Alternativa, una publicación que jugó un decisivo papel en la escena política de los años setentas. Esa premisa está basada, ni más ni menos, que  en la simple y contundente convicción de que atreverse a pensar es  empezar a luchar.

3 comentarios:

  1. Hola Gustavo. Soy Gustavo también, un ex alumno suyo que anda de aventura en Ciudad de México. He leído el post (je, es columna pero en un blog es post también).
    El periodismo al que es bueno apostarle es el independiente, con lo poco que llevo en periódicos, uno en México, trabajando, me he dado cuenta de que los directores ejecutivos y los integrantes del grupo coordinador de publicidad y mercadeo son quienes crean la agenda noticiosa. Los periodistas sólo miran el suelo y aceptan, a regañadientes, y son muchos, qué y cómo se publica. Un abrazo Gustavo. ¿El día del periodista? Para qué ese día: una generosa invitación de gobiernos a un desayuno. Me gustaría más el día del periodismo. Allí entran a jugar todos los actores.

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  2. Hombre Gustavo, supongo que Vargas. Me alegra mucho saber que anda explorando otros caminos. Y mucho cuidado se indigesta con el desayuno del Día de los Periodistas.
    Un abrazo.

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