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Gustavo Colorado Grisales

viernes, 10 de octubre de 2025

Luis Tejada, el peatón suspendido

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  Nunca un perezoso escribió con tal disciplina como Luis Tejada Cano. Nunca un perezoso, amante de los arrullos de la abrigadora cama, enge...
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lunes, 6 de octubre de 2025

Mariposa de hierro

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  El oxímoron es perfecto: la liviandad y la gracia de la mariposa complementan la pesadez y agresividad del hierro. Conscientes o no de...
jueves, 2 de octubre de 2025

El crack en Consotá

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  El relato ya es leyenda: la historia de amor entre un joven futbolista que después sería enorme y un ave tan útil como menospreciada: el i...
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lunes, 22 de septiembre de 2025

Cabalgando el relámpago

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  El humano llega a su casa. Abre la puerta. Cuelga el maletín y el saco en el perchero. Se acomoda en su sillón favorito. Pasado un rato si...
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jueves, 18 de septiembre de 2025

Tres lecturas y un solo Maquiavelo

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                                        Los que desean congraciarse con un príncipe suelen                    presentarse con aquello que ...
viernes, 5 de septiembre de 2025

El tirano está de vuelta

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                   Quien tiene el poder, tiene el derecho                                 Max Stirner                      El únic...
martes, 19 de agosto de 2025

El abismo de los días

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                                            (…) Estar uno parado en un día de su vida / es estar al borde del abismo de los días,/ en ...
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Acerca de mí

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Pereira, Risaralda, Colombia
Hola. Soy Gustavo Colorado Grisales . Contra todo pronóstico he sido testigo de varios prodigios que atesoro como viejas monedas: la desnudez color miel de una mujer cuyo nombre olvidé. El segundo movimiento de la primera sinfonía de Brahms. La voz de Robert Plant y la guitarra de Jimmy Page confundidas en una canción de Led Zeppelin. La demencial lucidez de algunos personajes de Saul Bellow.La generosidad sin límites de mi abuela Ana María. Un gol de Willington Ortiz a El Pato Fillol en la cancha de River. Serrat cantando Meditérraneo en el Teatro Metropolitano de Medellín. El abrazo de un amigo en el momento más duro del infortunio y las incandescencias del atardecer contempladas desde un balcón de mi ciudad llamado Berlín. Razones suficientes para estar agradecido con la vida. He publicado los siguientes libros: El último verano de Tony Manero, Rituales, Un Altar para la desmemoria, Rosas para rubias de Neón, No disparen, soy solo el cronista, Besos como Balas, Yo me bajo en Atocha- crónicas de la migración, Crónicas del Diablo, Esta tierra es mi tierra. El primero de cuentos, el segundo de poesía y el resto de crónicas.
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