Allá por el año 2011, durante una de las reuniones
preparatorias para la celebración de los ciento cincuenta años de Pereira, uno
de los asistentes tomó palabra y expresó: “ La ciudad necesita un gran evento cultural que la represente ante el país y
el mundo. Algo así como el Carnaval de Barranquilla, el Carnaval del Diablo en
Riosucio o las Fiestas de Negros y
Blancos en Pasto”.
Entonces recordé que en
1993, cuando María Aydee Botero Serna
fue directora del Instituto de Cultura de Pereira, la ciudad fue sede del
primer- y único- Festival Internacional de Teatro Infantil, bajo la coordinación
general de Jairo Antonio Franco.
Todavía guardo en la memoria la imagen de los teatros llenos y sobre todo el
entusiasmo del público ante puestas en escena
tan bien logradas como las de Diablo Mundo de Argentina, Chico Simoes de
Brasil o el Teatro de Muñecos de Colombia, para mencionar solo tres entre una docena de agrupaciones participantes.
El festival contó con el respaldo
de las universidades y de las instituciones privadas que han hecho la gestión
cultural en la ciudad: el Centro Colombo Americano, la Alianza Francesa, la
Cámara de Comercio, Comfamiliar Risaralda. La empresa Frisby se vinculó con almuerzos y refrigerios para quienes trabajábamos en la
logística desde las seis de la mañana hasta la una o dos de la madrugada del
día siguiente. Por supuesto, las agrupaciones teatrales de la ciudad enfocadas al teatro infantil, de marionetas , títeres y muñecos contaron
con su propio espacio en el evento.
Pues bien. Una vez finalizado el
festival y concluidos los balances, se pusieron en marcha las gestiones para
su segunda edición a realizarse en 1995,
ya que estaba pensado para efectuarse
cada dos años. Se hicieron los contactos con artistas y organizaciones
culturales de diez países de América
Latina , aparte de España y Portugal.
Por su lado, María Aydee Botero asumió la tarea de asegurar la financiación.
Pero, por candor o exceso de
entusiasmo ninguno de los responsables
contaba con el papel de esa cosa gaseosa
que se ha dado en llamar “ voluntad política”, como si no fuera obligación de
los gobernantes cumplir con su deber. Llegó un nuevo alcalde, nombró un
director de cultura para cumplir compromisos politiqueros y este último
determinó que un segundo festival
no estaba en su esfera de intereses. Sin tomarse la molestia de evaluar el impacto de la primera edición , lo
sepultó de por vida en algún cajón.
Traigo a cuento todo esto por una
razón: absurdos como esos son la
consecuencia de la falta de políticas de Estado que, desde lo local y lo
regional, garanticen el cumplimiento de los enunciados constitucionales en
materia cultural que , entre otras cosas, definen la cultura como la base de la
nacionalidad y le asignan tareas
puntuales a los mandatarios. Por eso,
con la política convertida en un negocio privado, cada vez que se produce un
cambio de alcalde o gobernador, se borran
de un plumazo los logros de la gestión anterior, despilfarrando así los
recursos y frustrando las aspiraciones de artistas, creadores, instituciones y
gestores culturales.
De ahí la importancia del foro Cultura: Eje del Desarrollo, convocado para el lunes 13 de
julio a las : 6:30 pm en el teatro de la Cámara de Comercio de Pereira. Se trata de una mesa de diálogos, en la que los candidatos a
gobernar a Pereira entre los años 2016 y 2019 puedan enterarse acerca del patrimonio cultural construido en la ciudad a
lo largo de su historia por artistas, organizaciones, academia y gestores. Con
ese conocimiento los aspirantes deberán
formular una propuesta de políticas y acciones públicas en materia de
cultura. Estás habrán de ser sostenibles
y susceptibles de seguimiento por parte
de los ciudadanos. A ese capital se suma
el hecho de que la gestión adelantada en
los últimos cuatro años logró trazarle un rumbo a la ciudad en materia
cultural. Ese legado no se puede
despilfarrar. El próximo alcalde y sus funcionarios en este campo tendrán entonces, con el
acompañamiento de la academia, las organizaciones culturales, los artistas y los gestores, la ocasión
de brindarle por fin a la ciudad, no un
evento, sino una estructura cultural sólida y de calidad que, nos identifique o
no ante el país y el mundo, contribuya a mejorar las condiciones de convivencia
entre nosotros.
Qué bonita iniciativa eso de tener un festival de teatro para niños y no entiendo la reticencia o desinterés de los funcionarios locales para financiarlo y hacerlo sostenible. Quizás los burócratas, siempre pensando con los bolsillos, estiman que tales actividades no convocarían suficientes turistas para Pereira, como lo harían un festival de música, de trajes típicos, carnavalitos o cosa parecida. El mundo esta lleno de tales acontecimientos, y como la competencia por sobresalir es intensa muchos espectáculos se banalizan o incurren en detalles esperpénticos o de mal gusto, con el alegre despilfarro de por medio. Ojalá se imponga el sentido común, aunque pedirlo a los políticos suena a utopía.
ResponderBorrarApreciado José: para empezar, lo primero es conseguir que piensen en algo distinto a sus propios intereses. Si se consigue eso, el segundo paso será exigirles que se ocupen de la cultura.
ResponderBorrarLos políticos y burócratas desconfían de los proyectos ajenos porque suponen, o saben, que no podrán presentarlos como suyos.
ResponderBorrarSu utilidad pública no tiene importancia. Lo realmente importante es su utilidad personal para el firmante de la ordenanza o decreto habilitando tal cosa u otra.
Estamos de acuerdo mi querido don Lalo : a esa forma de operar ahora la llaman " Aritmética electoral". Pero alguien tiene que hacer ese trabajo.
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