CANTATA
Urgido por la pena
Un grillo eleva a medianoche
Su oración a los
rocosos dioses del silencio.
Unos pasos más allá
Detrás de la ventana
roída por insectos invisibles
El viejo profesor de
música acomete por enésima vez
La cuesta más ardua del
Concierto para violín de Mendelssohn.
Una gata en celo
implora desde el tejado
Algún consuelo para
su vientre.
Y luego todo calla
Toma aire
Manos de viento
Hurgan en las
concavidades de lo oscuro
Antes de emprender una vez más
La vieja cantata.
Tribunas ( Pereira) , mayo 18 de 2016.
PDT: les comparto enlace a la banda sonora de esta entrada
Un grillo, un viejo, una gata... y un poeta. Gran síntesis, com música de Mendelsshon. ¿Qué más se puede pedir?
ResponderBorrarUna copa larga de vino tinto, mi querido don Lalo. Digo, eso es lo que se puede- y se debe -pedir.
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ResponderBorrarLevedad sublimes es el poema. Y la precisión que transmite, esa usó la abuela para pulir una puntada.
ResponderBorrarLa levedad, la puntada invisible: por ahí va la cosa, amable Guillermo Galo.
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