viernes, 13 de enero de 2012

Pánico en la Vía Láctea


La  Vía Láctea. Así llamaba  el personaje masculino de una película de Federico Fellini  a las tetas descomunales de su mujer, que constituían su refugio ante los infortunios del mundo. Ya se tratara de una crisis en la bolsa de valores, de  una nueva derrota del equipo de sus amores, de las veleidades de su amante o de las amenazas latentes en su próstata, el tipo siempre iba a parar allí, haciendo de paso  las delicias de  los freudianos, dispuestos a toda hora a a ver en cualquier cosa un símbolo  fálico o un regreso al seno de la madre. Pero siempre, como una  entidad omnipresente, estaban esas tetas que se le aparecían en los sueños cuando se encontraba  lejos de casa.
Cada época trae a cuestas sus modas y sus miedos. Los mitos griegos nos cuentan que las Amazonas se cortaban  uno de  los  pechos para que no les estorbaran a la hora de apuntar con el arco en los combates. Menos heroícas, las hembras del homo sapiens sapiens  contemporáneo los quieren tener  gigantescos y no precisamente para garantizar el alimento de sus crías. Conozco el caso de una niña de  doce años que extorsionaba a sus padres para que le  patrocinaran  un implante mamario- así lo llaman los cirujanos- porque se sentía  inferior a sus compañeras de colegio, que habían venido al mundo dotadas de glándulas como madre natura lo manda ¡ Una  niña de doce años!
Todo este rodeo viene a cuento a raíz del escándalo suscitado por la probabilidad de que los implantes mamarios   de una marca conocida como PIP puedan resultar cancerígenos. Estamos hablando de  mujeres  con capacidad de pago o de endeudamiento  para costearse un procedimiento que alcanza cifras con muchos ceros a la derecha. No se trata  aquí de las muchachas de  estratos bajos, enfermas de la misma obsesión, dispuestas a meterse en el cuerpo las sustancias más inverosímiles con tal de atender las órdenes que llegan desde el mundillo de la publicidad y el mercadeo :  un... dos..tres ¡ La que las tenga chiquitas la lleva!
¿ Qué empuja a una mujer a poner en riesgo su vida para atender los dictámenes de las modas al uso? Obviemos  el comprensible  y mundano impulso de sentirse codiciada. Al fin y al cabo, con  el perdón de Karl Marx, es la ley del deseo y no la lucha de clases lo que mueve al mundo. Detrás de todo esto debe  alentar algo más complejo que no alcanzamos a vislumbrar. Por lo menos eso se desprende  de las declaraciones entregadas a una estación radial por una mujer afectada por los implantes y su atribulado marido. Los dos acusaron al gobierno colombiano y a los organismos  de salud pública por no controlar  a las empresas productoras y comercializadoras de  las prótesis. En eso  tienen  toda la razón, pero ¿ Qué hay de la propia responsabilidad? Son muchos los  casos documentados  de hombres que amenazan  a su pareja con el abandono , basados en el argumento de que  su físico no corresponde al modelo trazado por sus fantasías y estimulado hasta la exasperación  por el bombardeo constante de las revistas, la Internet, el cine y la televisión. Asímismo, son incontables las mujeres que sucumben a sus propios temores y se someten a los deseos de su consorte. Dicho en el lenguaje de los administradores: quieren ser  competitivas  en el mercado del sexo, un producto que, bien lo sabemos ,es  de los más costosos desde  que los mortales lo inventaron para sentirse vivos y de paso matar el tiempo. A lo mejor si la pareja en cuestión se hubiera detenido  a  pensar que el placer  está en la imaginación y no en los objetos se habrían  ahorrado la angustia : lo pequeño no quita la gozoso, pudiera ser la consigna.
En este punto llegamos a la vieja pregunta por la identidad individual planteada por los sabios antiguos : saber quien soy  , para qué soy bueno  y aceptarme como soy es el punto de partida para  inventarme un destino en el mundo. Si no la respondo permaneceré alienado, es decir, sujeto a los deseos y designios ajenos : la familia,la iglesia, el partido,la moda, el mercado y todos los demás factores que nos subyugan. Si las miles de mujeres que hoy   viven momentos de incertidumbre porque decidieron implantarse prótesis de la marca cuestionada se hubieran planteado ese interrogante, tal vez no andarían a esta hora atrapadas en la ráfaga de pánico que atraviesa su vía láctea.

10 comentarios:

  1. Muy pertinente y acuciosa reflexion, estimado Gustavo. Son los signos de los tiempos que corren, somos presos de una permanente frivolizacion, en que bombardeados por la publicidad hemos convertido a nuestras mujeres en meros objetos de deseo. Es tan natural el asunto en cuestion, que ahora nuestras jovencitas pueden elegir como regalo de cumpleaños, no solo una fiesta, un viaje o un coche, sino tambien unos implantes mamarios, como hace poco pude leer el caso de una madre que le regalo a su hija una operacion estetica. ¿Sabia usted que, de hecho, existen paquetes de "bubbietours", que con la excusa de un viaje de placer incluye una cirugia para aumentar el busto?, por lo menos a mi pais llegan estas "turistas", especialmente de España, que a pesar de los riesgos es un negocio floreciente para las clinicas privadas.

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  2. Apreciado Gustavo, cordial saludo. El pánico en la vía láctea anda alborotado por estos días, así como fue alboroto semejante la novela o la crónica -en fin- de Sin tetas no hay paraíso. En la ley del deseo sucumben, apreciado Gustavo, más cosas que las tetas, y claro, al ser llenas de siliconas, son objetos más que cuerpo, por ello valdría la pena leer cada vez que sea posible el cuento de Rodrigo Argüello: Tus senos erróneos, del libro: Las mujeres bellas no bailan de noche y al tiempo escuchar al excéntrico y divertido Julián Rodríguez con su tema: Opera cion bom-bom: http://www.youtube.com/watch?v=MPNOlKRtV_M

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  3. A propósito apreciado, puse el enlace de tu blog en mi blog de La Tarde: El Gran Ojo: http://www.latarde.com/blogs/elgranojo/

    Va un abrazo

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  4. Saludos desde los confines de la via lactea! :D... La verdad maestro cada ves es mas evidente que nuestra sociedad esta dominada por el consumo masivo y la envidia desencadenada... envidiamos los ojos claros europeos, la piel blanca nórdica, las curvas de las caderas de las mujeres afrodescendientes y los increíbles senos de las hermosas modelos de playboy... pero eso es efímero... solo es una "maqueta" que renovamos como un producto que tiene un buen plan de mercadeo... le cambiamos la fachada... le cambiamos el nombre, el color... pero la esencia o el contenido es el mismo: Lo preocupante aquí es: ¿que contenido... que tienen adentro nuestras mujeres contemporáneas?? ¿sera que adentro solo hay eterno vació?... Ellas hoy mandan la parada en todas las actividades humanas... pero al parecer ese poder es efímero y solo lo están usando superficialmente: y hoy, terriblemente, están pagando las consecuencias de no llenar ese vació con algo mas que narcisismo. :(

    Un abrazo maestro!
    Get inthe guns!!!

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  5. El caso que mencionas de la niña que exigía a sus padres el regalo de un implante mamario para no pasar vergüenza en la escuela me hace pensar en lo que me han dicho hace poco mis informantes de más confianza (lamentablemente no puedo confirmarlo por propia experiencia), que las chicas y los chicos (y también muchos “grandes”) en los “países centrales”, esos que lideran en cuestiones de sexualidad, se afeitan el vello púbico para poder practicar el coito como ven en los sitios pornográficos de Internet. El que no se afeita, me dicen, es un antiguo, o sea que carece de atractivo sexual. En esto, mi conocimiento se reducía a la comprobación (obvia en la televisión y el cine actuales) de que el sexo se practica actualmente según el modelo de las películas porno, siguiendo un ritual gimnástico que, si no lo conoces, me deberás llamar por teléfono para que te lo cuente, porque no creo que tenga cabida en este blog tan intelectual y de buen gusto. Debí darme cuenta de eso del afeitado, porque forma parte de la transformación del comportamiento sexual, que, supongo, sigue una línea más o menos paralela con otros hábitos sociales y culturales… Pero al grano, amigo Gustavo, ¿has comprobado tú algo similar en Colombia? Cuéntanos, que ardemos en deseos... de saber.

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  6. Claro, mi estimado José.En Colombia lo llaman " Turismo estético", y no tiene que ver precisamente con la contemplación del paisaje. Sus principales demandantes son las mujeres que emigraron del país en los últimos años. Al incrementar su capacidad de consumo, decidieron invertir parte los ingresos en la remodelación del propio cuerpo, como parte de la estrategia para ser competitivas, según dicen los lenguajes al uso.

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  7. Conozco el texto del profesor Arguello, apreciado John Harold. A propósito del asunto, una canción de Joaquín Sabina alude a un compañero de generación que se divorció de la Utopía. Uno de los versos dice así : " Da fe de que ha triunfado/ su tripa que ha engordado desde el día/ que cambió a su mujer por una harpía/ de pechos operados".

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  8. Amigo, Trejos. No podemos olvidar que el verbo seducir es sinónimo de engañar, trampear. Quizás allí resida la clave de todo este frenesí dirigido a ubicarnos cada vez más lejos de nosotros mismos.

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  9. Por supuesto que también sucede en Colombia, mi querido don Lalo. Entiendo que, en su afán de ser cada vez más explícita, la industria de la pornografía decidió retirar el vello púbico para hacer más visibles los genitales femeninos. Una vez conseguido el propósito, les correspondió el turno a los hombres para que no irritaran con su pelambre esa zona ahora indefensa.
    Llegados a ese punto, la costumbre no tardó en convertirse en moda y más tarde en obligación. Tanto , que hoy se habla de una " estética del porno" para referirse a esa curiosa práctica que, al contrario de lo que algunos piensan, nada tiene que ver con la asepsia.

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  10. Muchas gracias por el enlace, apreciado John Harold.

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