martes, 10 de diciembre de 2013

Ordóñez el perverso




                                              Cortesía de Matador

En la Colombia de hoy Procurador se escribe con p de perverso. Iba a decir con p de puta, pero me pareció un irrespeto con esas honestas y serviciales damas. La decisión de  destituir  al alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, por parte del funcionario que hoy detenta un cargo elevado al rango de poder celestial, es apenas el colofón para una suma de  arbitrariedades en las que las creencias  religiosas y  los prejuicios ideológicos reemplazan al criterio como base de cualquier juicio.
 Ni soy simpatizante del movimiento Progresista ni Petro es santo de mi devoción. Su soberbia me parece una de las peores características de un gobernante: lo enceguece a la hora de medir los alcances de sus actos. Pero lo que acaban de hacerle es una infamia que avergonzaría a  una sociedad con un sentido distinto de la decencia. Sobre todo porque el más retardatario sector de los colombianos,  convencido de que las grandes  decisiones se toman pasando las cuentas de una camándula, le está cobrando al alcalde de Bogotá  por partida doble: su antigua militancia en la  guerrilla y sus   actos de gobierno que afectaron los intereses de  grandes grupos de poder, entre los que se cuentan el uribismo en el campo político,   aparte de los carteles que monopolizaron durante  años el colosal negocio de la basura en Bogotá y los empresarios de corridas de toros, que incluyen ganaderos,  apoderados, intermediarios y otros actores vinculados a la actividad.
Para expedir la resolución que destituye e inhabilita por 15 años al alcalde Petro, el Procurador se centró en el caso de las basuras. De todos es bien conocido que el cambio de modelo del manejo de los  residuos en la capital del país causó en su momento  un caos generalizado,  aprovechado al máximo por los  opositores del alcalde, a través de la manipulación de unos medios de  comunicación afectados a su manera por  la pérdida de la pauta de quienes controlaban el manejo de las basuras y la actividad del reciclaje. Es bien sabido que en este último negocio tienen intereses los hijos del ex presidente Uribe.
Con el paso de los días, la situación se normalizó, hasta el punto de  que muchos de  quienes fueron feroces críticos de la medida hoy reconocen sus bondades. Sin embargo, el  Procurador, actuando  más como vocero de esos intereses particulares que del conjunto de la sociedad, ya se había jugado esa carta  y no podía echar marcha atrás. El resultado es la destitución del alcalde y por ese camino el regreso de una situación de incertidumbre que ha acompañado el ejercicio político y administrativo de Bogotá en los últimos años.
Es tan visible la mala intención del Procurador y de quienes influyen  en sus decisiones, que incluso personas cercanas  a él no dejaron de advertir la evidente desproporción entre la sanción de tres meses impuesta al anterior alcalde Samuel Moreno, implicado en gravísimos casos de corrupción   y el castigo aplicado a  Petro: 15 años que en la práctica echan por tierra su carrera política y todo por una acción administrativa, rodeada en principio de yerros, pero que con el paso del tiempo  consiguió equilibrar las cargas.
Otro de  los grupos que enfocó toda su artillería pesada contra el alcalde fue el de los taurinos. No es del caso discutir las bondades  estéticas de la tauromaquia. Lo  cierto es que al suspender  el contrato  para la realización de corridas de toros en Bogotá  el alcalde desató las furias de un  sector de la élite colombiana, afecta a  esa práctica y vinculada también al negocio. Entre algunos de sus representantes se encuentra el ex ministro  Germán Vargas Lleras y varios integrantes de la familia Santos, antigua propietaria del periódico  El  Tiempo.
Alineados de entrada en su contra, los medios de comunicación de Colombia no le han reconocido una buena al alcalde. Ni siquiera los aciertos de su modelo de salud o  el acompañamiento a los ciclos educativos de niños y jóvenes. Con todo, ha sido tal el despropósito del Procurador que ya algunas voces empiezan a reclamar medidas que limiten  el desmedido y arbitrario poder otorgado a ese cargo. Y  esa  es la noticia buena del asunto:  esas primeras muestras de lucidez son el resultado directo de los propios desmanes en que ha incurrido Ordóñez el perverso en el ejercicio de sus funciones.

8 comentarios:

  1. Yo ni soy ni fuí partidario de Petro, pero uno puede juzgar sin que ello implique visiones maniqueas: nunca un alcalde de Bogotá había sido tan audaz en políticas incluyentes, como las de la población LGTBI, nunca se había atrevido a golpear las mafias de frente como él lo hizo (incluyendo la mafia del Bronx que no es cualquiera), nunca había dado un giro tan radical a un canal de televisión pública y como usted menciona, ninguno había traído a la agenda pública aspectos como las corridas de toros que son muy renovadores.

    Entre los aspectos "incoherentes" de Petro están el tan cacareado hecho de que ayudó a subir a su verdugo o de que fue a reunirse con Santos para apoyar su "unidad nacional". Sin duda, como político, juega a cierto realismo que no le aporta una buena imagen a su figura de izquierda.

    Me llaman la atención tres hechos.
    1. No lo están bajando de la alcaldía, el fallo quiere es dejarlo vacunado para que no llegué a la presidencia. Y el fallo es evidentemente político e injusto: impedir arbitrariamente que la gente elija opciones de izquierda.
    2. A Gaitán le hicieron lo mismo por una leguleyada similar. Después lo mataron cuando vieron que era inevitable su triunfo en las presidenciales.
    3. Ningún alcalde de Bogotá, desde la época de Gaitán, llena esa plaza en 2 horas y de la manera que lo hace Petro. Está por verse la movilización del viernes, pero la reacción de la gente desde el mismo lunes es bien interesante... muchos no están dispuestos a seguir tragando sapos: la política en Colombia cada vez más se hace en la calle y no en las oficinas.

    Tres precedentes que ponen a pensar, de cara a un país donde estamos cansados de escuchar ese estribillo insulso de que deben cambiarse las balas por votos.

    Cami.

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  2. Por lo que nos cuenta, perverso debería ser con mayúscula, como justo título a ese burócrata con ínfulas de emperador. Hasta suena muy estricto, muy romano eso de Procurador, supongo que el equivalente a Fiscal General de la república. Es increíble el poder que detenta, seguramente haciendo buena letra con sus patrones, como ocurre en todos los casos de favores políticos. Aunque eso de que pueda destituir él solo a un funcionario tan importante como el alcalde de Bogotá es nuevo para nosotros en Bolivia. Aquí, a una autoridad electa de ese peso, por muy mala que sea, solo se la destituye por crímenes flagrantes o por mandato expreso del cacique mayor. Claro que para esto último tienen que poner a funcionar toda la maquinaria de fiscales, peritos, jueces y demás esbirros, lo cual lleva mucho tiempo y demasiados trámites. Nunca el fiscal general del estado puede jugar a ser dios. Por lo menos aquí se “judicializa” la política: ahí están los innumerables “perseguidos políticos”, unos injustamente y otros que buscan rehuir responsabilidades administrativas o delictivas. Eso de inhabilitar por 15 años es el colmo del despropósito, pensé que era cuestión de sentencias judiciales, y siempre colegiadas como sucede en la mayoría de sociedades democráticas. En manos perversas es una efectiva forma de librarse de enemigos, con sellos y papeles. Todo legal, vamos. Más honestas eran las dictaduras y sus pelotones de fusilamiento. Mis respetos a Camilo, pensé que era un colega contemporáneo suyo por sus lúcidos y maduros comentarios, me noqueó con eso de que era un treintañero, menor a mí incluso (supongo que será alumno suyo, no me extrañaria). Me pregunto qué está esperando para abrir su blog, seria interesante intercambiar opiniones con gente así.

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  3. Mil gracias por sus juiciosos aportes, apreciado Camilo. El caso Petro tiene todas las características de un asedio desde todos los frentes: jurídico, político y económico. Lo anterior indica que existen muchos temores de lo que en realidad significó su llegada a la alcaldía de Bogotá: un experimento social, un punto de partida para su lanzamiento hacia la presidencia de Colombia. Y ese lujo no se lo pueden permitir las élites que durante más de 200 años han controlado el país como una suerte de feudo particular. Ahora bien : no se puede negar que algunas acciones de Petro les facilitaron las cosas.
    PDT : no eche en saco roto la sugerencia del amigo José Crespo.

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  4. Apreciado José: durante muchos años la Procuraduría ha funcionado en Colombia como una peligrosa herramienta de retaliación política. Antes que para combatir la corrupción o los yerros de los funcionarios públicos , sirve para sacar a los contradictores de circulación. Pero el caso del actual Procurador Ordóñez batió todas las marcas. No solo- movido por sus creeencias religiosas- ha metido sus inquisitoriales manos en asuntos tan delicados y privados como el derecho al aborto, al matrimonio homosexual o a la dosis personal de drogas sino que puso su despacho al servicio de los más cavernícolas sectores del país.

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  5. Llego un poco tarde a este debate tan sabroso. Solo me queda agregar que llama la atencion la facilidad con que en nuestros paises se puede alguien desembarazar de un funcionario fastidioso, en comparacion con lo requetedificil que resulta librarse de otros funcionarios que le joroban la vida a tantos y tantos. Claro que tambien uno podria decir que ese senor Petro, a quien no conozco, tiene una llamativa facilidad para tomar decisiones que tal vez requeririan alguna que otra consulta popular, pero cabe suponer que las normas institucionales tienen prevista las formas de objetar y corregir esa supuesta arbitrariedad.

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  6. Nunca es tarde, mi querido don Lalo. Petro no es lo que se dice " un dechado de virtudes". Para a empezar, su soberbia a menudo lo lleva a pensar que sus decisiones tienen carácter inapelable. Pero eso no justifica que un funcionario con la mente instalada en la Edad Media- con perdón de los habitantes de esa época- y además investido de facultades todopoderosas, arrase con lo que encuentra a su paso en defensa de los intereses de un determinado grupo de presión..

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  7. Creo que fue William Ospina quien dijo que Petro no era el mejor alcalde, pero que por lo menos no era corrupto,y eso era un buen comienzo. Claro Gustavo, a nuestro tocayo se le siente un tono presuntuoso, pero por lo menos intenta cambios esenciales en Bogotá (Lo digo con lo que sé desde México). Quizá la biblioteca del procurador está compuesta por libros, decálogos, manuales de la Edad Media sobre exorcismo, búsqueda de brujas y herejes, pero en latín, y de Códigos Civiles, Administrativos y la Constitución. Estaría genial hacer una crónica sobro la biblioteca de Ordóñez.

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  8. Buena idea esa de la crónica sobre la biblioteca de Ordóñez, apreciado Eskimal. Sospecho que la encabeza el Malleas Maleficarum, el manual redactado por el Tribunal de la Inquisición para identificar, capturar, juzgar , condenar, torturar y ejecutar a " Herejes y apóstatas, perros, hechiceros y fornicarios". Así que si usted pertenece a alguna de esas categorías, por favor quédese en México.

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