A finales del año anterior se conoció la noticia de la compra del Periódico La Tarde por parte de los dueños de El Diario del Otún, el otro periódico de Pereira. Por considerar que ese tipo de monopolios erosionan los contenidos, el enfoque y la calidad de cualquier medio de comunicación, he decidido no continuar con la publicación de mi columna dominical en La Tarde. Les comparto entonces la última.
YA CON ESTA ME DESPIDO
Por : Gustavo
Colorado Grisales
Primera lección de periodismo: uno debe prestar atención a los rumores, así resulten infundados. Lo
que no se puede hacer es desdeñarlos y correr el riesgo de que resulten
ciertos.
“Los dueños de El Diario del Otún
adelantan negocios para comprar el periódico La Tarde”, decía el mensaje en mi
correo electrónico. En cuestión de un par de horas, tres fuentes serias lo
daban como un hecho.
Entonces empecé a preocuparme. Lo de menos era la
improbable filiación política de los dos
periódicos que en las últimas tres o
cuatro décadas han competido por el mercado
de lectores en Pereira y Risaralda. Al fin y al cabo, ser liberal o
conservador significa bien poco en un
mundo donde los intereses privados desdibujan toda frontera, en detrimento de lo público.
Mi desazón obedece pues a otros
motivos. He dedicado buena parte de mi vida a luchar por la defensa de valores
como la libertad, la independencia, la autonomía y el juicio críticos en tanto elementos claves para forjar tanto la identidad individual como la colectiva: sin individuos autónomos
no hay sociedad digna de ese nombre. Uno
de los escenarios básicos para la creación y fortalecimiento de esos valores es
el de los medios de comunicación.
La concentración de los medios
en pocas manos representa una amenaza para esa visión de las
cosas, aquí y en cualquier parte del mundo. Abundan los ejemplos para ilustrar
cómo la absorción de un medio de comunicación por parte de un grupo de
poder económico supone la erosión de
parcelas enteras de la vida social y por lo tanto de los discursos y prácticas
políticas.
Durante tres lustros
he sido huésped del periódico La Tarde, que me ofreció un espacio para
la difusión y defensa de mis
convicciones. Ni los anteriores ni los actuales directores y editores interfirieron para modificar un
solo signo de puntuación... salvo Juan Antonio Ruíz, quien hace unos meses me
recordó que Hostia se escribe con H.
Como muchos lo
han postulado ya, pienso que la
ausencia de disenso resulta fatal en
todas las instancias de la vida. Son el debate y las contradicciones los que al final enriquecen nuestro mundo. Un
contendor agudo, vital, inteligente y
lleno de argumentos nos revitaliza y nos
obliga a permanecer atentos al curso de
los sucesos. La carencia de todas esas cosas nos vuelve débiles y torpes.
El periódico La Tarde nació en 1975, luego de ocho años de creado el departamento de Risaralda. El
Diario del Otún lo hizo poco más de un lustro después. Así que los dos, cada uno a su manera, han
sido testigos de las transformaciones
sociales, políticas y culturales de la región. Por eso mismo ambos han influido en la definición de los rumbos a
seguir. La desaparición de uno de los dos o su absorción por el otro representa
un enorme retroceso.
A lo anterior debe sumarse la
situación laboral de quienes hasta la
fecha prestan sus servicios en uno
y otro periódico. No es ese el caso de los columnistas, que desempeñamos otras actividades y disponemos,
por lo tanto, de distintas formas de supervivencia. Desde el momento en que
empezaron a circular los rumores la
incertidumbre se apoderó de periodistas,
técnicos, empleados administrativos y comerciales. Condiciones de contratación,
niveles salariales, permanencia o
despidos. Esas pequeñas certezas sobre las que se edifica la vida cotidiana.
Cuando se dieron, las respuestas nunca fueron claras.
Con los rumores convertidos en
hechos y ante la amenaza implícita en toda forma de monopolio, doy por
terminada mi presencia en estas páginas. Agradezco a editores, lectores y
directivos haberme acogido durante tanto tiempo.
Espero poder continuar este
gratificante diálogo en
httpp://miblog-acido.blogspot.com
Hasta pronto.
Mucha nostalgia adobada con el sinsabor del monopolio cabe ante noticias como esta. Son los tiempos, dice alguien. Quizá sea cierto, pero en nada causa felicidad ser testigos del cierre de uno o algún otro medio. Todos,hasta la prensa canalla, cumplen un papel, así solo sea el de ser triste referente para saber qué no se debe hacer. Cae La Tarde y la noche nos arropa.
ResponderBorrarAy, Jesús, la noche nos arropa y yo recién despertándome...
BorrarCami.
En la calle dicen que " los periódicos solo sirven para limpiar ventanas y envolver aguacates". Aunque sea solo para eso hacen falta, querido Abelgomo, hacen falta.
ResponderBorrarHaras falta querido Gustavo a quienes como yo seguiamos con fidelidad tus excelentes columnas en La Tarde, te acompañaré con mi lectura en tu blog querido Gustavo, querido Martiniano y..... Hasta pronto!!!!!
ResponderBorrarNos seguiremos encontrando en este lugar... y en la calle también, querido César.
ResponderBorrarAh, qué buen ejemplo de aquello que Camus pregonaba acerca de que los escritores y demás no pueden ser indiferentes a los tiempos que corren pero que deben mantener cierta distancia para ser fieles a sí mismos. Mis respetos, apreciado amigo Gustavo, afortunadamente queda el espacio virtual para seguir disfrutando de sus columnas. Definitivamente son malos tiempos para la prensa escrita: hace un par de semanas cerraba un importante diario de La Paz que en tiempos mejores tuvo hasta 150 empleados y que tenía un suplemento literario como uno de sus mejores valores. Desafortunadamente, malas decisiones empresariales y la asfixia económica del gobierno por no plegarse al discurso oficial hicieron mella. Hoy por hoy, los diarios y otros medios están siendo engullidos por capitales externos vinculados al régimen y la tendencia no parece que vaya a cambiar.
ResponderBorrarApreciado José: si en esencia, un periodista es un contador de historias, habrá que inventarse otros espacios para continuar haciéndolo. Por fortuna hoy, a diferencia de veinte años atrás, tenemos internet para continuar disfrutando de este goce impagable que es tener un buen contertulio.
BorrarMaestro, tocayo. Vuelvo por acá después de dos meses de mucho trabajo y ajetreo. Ahora estoy viviendo en Tijuana (Haré una maestría en historia). En la ciudad más norteña de toda América Latina. Pero me encuentro con esta triste noticia: el cierre de La Tarde y, en consecuencia, su adiós como columnista de tal periódico.
ResponderBorrarRecuerdo que conocí la Tarde por medio de las tiras cómicas de Tarzán, Calbin y Hobbes y Olafo. Mi papá lo compraba cada domingo. Así que, además de ser un espacio de debate en la ciudad, lo que es en cierta manera un periódico) Era también una referencia familiar los domingos (Papá doblando el periódico mientras leía. Yo tomando las tiras cómicas. Mamá haciendo crucigramas).
Como dice Abelardo y usted, los periódicos sirven, así sea para mostrar como no hacer mal periodismo, los periódicos, los medios, son necesarios. Una ciudad es también ciudad, digo, mejor, una sociedad es también sociedad porque hay manera de informarse.
Lástima que cierren un periódico. Y ánimo a todos los compañeros de La Tarde, mucho ánimo. Quizá, y no es que haya deseado el cierre del medio, pero quizá esto ayude a generar mayor innovación en cuanto a difusión de periodismo en Risaralda, porque gente hay, y buena, lo sé.
Abrazos desde Tijuana, Gustavo. Como dijo Manu: "Welcome to Tijuana, tequila.." Tequila e Historia del siglo XX de Erick Housband, Gustavo. Porque no tendré tiempo para otra cosa nombrada por Manu aparte del tequila.
" En Tijuana/ dos veces por semana/ se festejaba/ en México la nuit", canta el poeta Joaquín Sabina, apreciado Eskimal.
BorrarQué bueno tener noticias suyas. La verdad, los nuevos dueños no han dicho que van a cerrar La Tarde... aunque tampoco lo han desmentido. Independiente de la desaparición física, al quedar en manos de un solo dueño lo que si desaparece es el concepto, la manera de hacer las cosas, que para efectos prácticos da lo mismo.