Mecerse y rodar.
Mecerse y rodar. En esas dos palabras
reside la esencia de una música que
sacude al mundo desde 1953, aunque sus raíces se remonten a mucho más atrás.
Mecerse para sacarse de encima las cenizas de un mal sueño y rodar para reafirmar la condición de
peregrino. “Sentirse como un canto rodado”, escribió y cantó Bob Dylan hace
cuatro décadas en unos versos devenidos himno generacional.
Y como cantos
rodados llegaron cientos, miles de hombres
y mujeres de todas las edades a la versión 2013 del festival Convivencia
Rock, una fiesta de ritmos y tendencias que
en la antesala de la celebración
de los 150 años de Pereira se consolidó como punto de convergencia de
nuestras múltiples identidades, expresadas en este caso a través de la música.
El punk, el ska, el hardcore, el trash, el reggae y el hip hop
congregaron a legiones de fieles
seguidores, unidos todos ellos por una única fuente nutricia, a pesar de la
aparente disparidad : el rock and roll.
La fiesta empezó
el viernes 19 de julio, víspera del Día de la Independencia. A eso del medio día vi
llegar a una panda de universitarios caleños con sus morrales a cuestas, preguntando por
una zona para armar sus carpas. Como
ni la organización del evento ni la administración municipal destinaron
un área para ese efecto, los muchachos no se hicieron mala leche y optaron
por la vecina terminal de transportes
como sitio de alojamiento provisional. Una de las chicas lucía una camiseta con la inconfundible
imagen de Jim Morrison estampada en el pecho. Más tarde la escucharía cantar, una a una, las letras
de las canciones de una banda medellinense llamada Nepentes.
Vi también a una
pandilla de adolescentes, silenciosos y ensimismados como si tuvieran sesenta años,
fascinados por el virtuosismo del guitarrista de la agrupación pereirana Belial. Más allá, un abuelo de sesenta y
cinco años saltaba como si tuviera catorce
y arriesgaba sus huesos en el
corazón mismo del pogo, el baile ritual que constituye algo así como la
ceremonia iniciática de los asistentes a
los conciertos.
Atendiendo la
invitación de los organizadores, muchos menores de edad asistieron en compañía de sus padres. Era un
lujo para el alma ver a hombres y mujeres con pinta de ejecutivos en vacaciones, seguir
el ritmo de las baterías galopantes con discretos movimientos de cabeza,
mientras sus hijos - ¿ o nietos? - desfogaban
junto al escenario sus millones de unidades de energía acumulada.
No sé el resto
de los días, pero el sábado 20 en la
noche la afluencia de público superó todas las previsiones. A la hora del crepúsculo largas filas de fieles
devotos desesperaban aguardando el
ingreso al escenario. La calidad de los
eventos anteriores y el poder multiplicador de las redes sociales hicieron que
llegaran peregrinos no solo de las
ciudades vecinas, sino de lugares tan
lejanos como Ipiales, en límites con el Ecuador. Salvada la religión, solo el
fútbol y la música son capaces de esas cosas.
Los
historiadores y los estudiosos de la
sociología han enfatizado siempre el
talante abierto de Pereira y sus habitantes. Su condición de cruce de
caminos y lugar de paso consiguieron que desde muy temprano aceptáramos la diversidad como un
hecho natural. En el caso de la música basta con darse un paseo por las calles
para constatar esa realidad. En muy poco espacio conviven ritmos y expresiones
tan dispares como el bolero, la salsa, el bambuco, el tango, la balada,el rock,
la cumbia, el merengue, la ranchera, el vallenato, el jazz, los sonidos
electrónicos o la música clásica. Por eso mismo se han consolidado en los
últimos años distintos festivales dirigidos a
conservar y multiplicar esas tendencias. De esa manera La Fiesta de la Música convive sin problemas
con el Festival Sinfónico y Convivencia Rock puede ser un buen preludio para el
Festival del Bolero.
Uno de los
músicos asistentes a Convivencia Rock
celebró sus cincuenta años de vida galopando sobre su batería desbocada.
A mi lado, una pareja de adolescentes se juró amor eterno al ritmo de la
guitarra de una banda local llamada Endor. No importa si ya olvidaron la
promesa. Después de todo la eternidad
puede durar un segundo. Pero ese instante les bastó para sentirse
inmortales en medio de un rito pagano que, al fin y al cabo, no es nada del
otro mundo: es solo Rock and Roll.
PDT : les comparto enlace a la presentación de la banda pereirana Belial en Convivencia Rock 2013
http://www.youtube.com/watch?v=4Xur1Tvlm1w
¡se me enchina la piel!
ResponderBorrarQué hermosa expresión esa de "se me enchina la piel". De aquí en adelante me la apropiaré para referirme a este y otros estados de conmoción interior.
ResponderBorrarLa música ha sido siempre una clave de liberación, una válvula para el romanticismo, la revolución, la democracia, llámala como quieras. Y uno de los secretos de esa capacidad liberadora es la facilidad con que entra y encuentra un eco en los jóvenes. El rock and roll y otros ritmos que al principio hasta parecieron ofensivos (para los adultos) tuvieron más que ver en las transformaciones políticas de las últimas décadas que millones de discursos, manifestaciones y enfrentamientos. De modo que saludo los festejos en tu ciudad, que en esto es como la mía y las de tantos alrededor del mundo.
ResponderBorrarMi querido don Lalo: alguna vez lei que en sus comienzos los instrumentos de percusión ( los primeros en ser inventados) intentaban seguir el ritmo de los latidos del corazón. De allí que la música sea un asunto esencial para la vida, o al menos para una vida digna de ese nombre.
ResponderBorrarCuánta envidia, amigo Gustavo, que en su ciudad puedan disfrutar de rock en vivo, y por varios días. Aquí llamamos cultura a los “botellones”al aire libre (a veces con auspicio del municipio), amenizados con grupos anodinos de cumbia que inexplicablemente se reproducen como hongos, mientras el rock languidece arrinconado en algunos pubs. Gracias por citar algunos nombres, el único grupo rockero que conocía de su país era aquel de Los Aterciopelados. Menos mal que está youtube para conocer un poco más. Un saludo.
ResponderBorrarTodavía existen los Aterciopelados, apreciado José.Al día de hoy, la movida rockera en Colombia es bastante interesante. La diversidad es la principal característica, sobre todo porque muchas bandas experimentan fusiones con ritmos tradicionales del país como la cumbia, el bambuco o el currulao. El resultado es todo un movimiento que encuentra en Internet y en los festivales su principal medio de difusión.
ResponderBorrar... me encanto... esta parte "una pareja de adolescentes se juró amor eterno al ritmo de la guitarra de una banda local llamada Endor. No importa si ya olvidaron la promesa. Al fin y al cabo la eternidad puede durar un segundo. Pero ese instante les bastó para sentirse inmortales en medio de un rito pagano".. y apoyo total despues de todo fueron 3 dias llenos de arte...
ResponderBorrarBastante cercano a los bailes de las " Fiestas de locos" en la antigua Roma, el pogo es lo más parecido a uno de esos bailes paganos de la fertilidad, apreciado Anónimo. Tanto que- sospecho- por allá a finales de abril de 2014 empezaremos a ver los primeros resultados.
ResponderBorrarDon Gustavo, vecino de Berlin, mucho gusto, le escribe un pereirano enamorado de su ciudad, nacido en el san Jorge y bautizado con chicha y guarapo en un anden de la sexta. Ojalá un día nos pudieramos sentar a converasar.
ResponderBorrarSebastian Hoyos estudiante de audiovisual.
Ah, carajo. Eso de que lo bautricen a uno con chicha y guarapo son palabras mayores, estimado Sebastián. Debe ser algo así como el Soma divino de los antiguos vedas. Yo a duras penas alcancé la dignidad del Ron viejo de Caldas. Por lo demás, siempre es posible sentarse a conversar : de hecho ya empezamos.
ResponderBorrarMaestro Gustavo, mil gracias por estas letras, que buena y honesta opinión acerca de este nuestro Festival Convivencia Rock. Me llamó particularmente la atención esta parte "Más allá, un abuelo de sesenta y cinco años saltaba como si tuviera catorce y arriesgaba sus huesos en el corazón mismo del pogo, el baile ritual que constituye algo así como la ceremonia iniciática de los asistentes a los conciertos."
ResponderBorrarLo digo porque yo estuve haciendo registro fotográfico y hubo un personaje parecido al que ud narra (y en el mismo momento: presentación de la banda Belial) que me intrigaba y alegraba al verlo allí. Esta es la foto en que aparece el señor en cuestión:
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10201060001197721&set=a.10201059963076768.1073741830.1098811199&type=3&theater
y este es el Blog: http://lentenatura.blogspot.com/
Posiblemente estemos hablando lo mismo desde nuestros propios lenguajes. Saludos Gustavo
Eso es lo fascinante del arte de contar historias, apreciado Santiago, ya sean escritas, cantadas o narradas a través de imágenes: cada observador siempre tendrá su propia versión de los hechos. Dicho de otra manera, cada quien ve lo que quiere ver. En esa medida contamos lo mismo pero desde ópticas y lenguajes distintos, enriqueciendo de esa forma la experiencia del mundo.
ResponderBorrarMil gracias por los enlaces.
Es mucho más que Rock and Roll, es mezclar agua con sed:
ResponderBorrarhttp://iniciativadebate.org/2013/07/15/mezclar-agua-con-sed-el-nuevo-siglo-de-oro/
Salud, Don Gustavo.
Cami.
Gracias de nuevo por en enlace, apreciado Camilo. Ya lo había leido.
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