El tiro de gracia se
lo dieron
Antes de nacer
Para que no tuviera
ocasión alguna
De escapar a su
destino.
-Así le dicen en
estas tierras al crimen a secas-
Y allí estaba:
Tendido sobre el
asfalto
Con una rosa de
sangre
Abierta en mitad del
pecho.
El dedo índice algo
deformado
De tanto apretar el
gatillo:
Como Billy the Kid
Aprendió las cifras
de la muerte
A muy temprana edad.
-Catorce años, tal
vez-
El rigor informativo
del fotógrafo
Se ensañó en el
primer plano de un tatuaje
Un nombre escrito en
el antebrazo:
Leyla
Una joven madre,
quizás
-O una amante niña-
Tempranamente
envejecida
De tanto escapar a
medianoche
A través de calles
habitadas por el espanto.
Con el nombre de El Remanso
-Refinada forma de la
ironía-
Bautizaron a este
barrio
Habitado por hombres
Exiliados en su propio miedo.
A lo lejos, los
ladridos de los perros
Y el graznido de las
ambulancias
Confirman lo
inefable:
Es una madrugada más
en esta calle
En este barrio
En esta ciudad
En este agujero negro
que nos legaron
A modo de país.
Tribunas ( Pereira)
Diciembre 12 de 20016
PDT : les comparto enlace a la banda sonora de esta entrada
Uyyyyy ¿¿¿qué fue eso???
ResponderBorrarUn tiro de gracia, mijita.
ResponderBorrarEscalofriante y macanuda evocación, semeja una traducción de las escenas que narra Fernando Vallejo, al dificil arte del verso.Parece que en este dia de tanta superstición usted amananeció como un tiro.
ResponderBorrarLo que pasa es que la historia de nuestros países es un eterno martes 13, apreciado José.
ResponderBorrarAbra cualquier libro donde nos narren y verá.
"Aquí la tarde cenicienta espera el fruto que le debe la mañana", escribió el poeta. Ah, poetas, ustedes siempre cantando.
ResponderBorrar"Tantas cosas han muerto/ que no hay más que el poeta", escribió Rafael Alberti, mi querido don Lalo.
ResponderBorrarAsí que- de momento- no hay más remedio que echarse al coleto un trago largo de Jack Daniel´s... y seguir.
Un excelente poema que logra dibujar esa realidad de tantos seres excluidos de nuestras ciudades.
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