Sabemos por sus biógrafos que
Shakespeare frecuentaba los arrabales como fuente de información para sus
obras.
Cuatro siglos después otro
William, Faulkner, dijo que el mejor lugar de trabajo para un escritor es un
burdel: de noche está lleno de acción y de día otorga tiempo, espacio y
silencio para la escritura.
No sé Faulkner, pero Shakespeare
no conoció unos vehículos incomparables para sumergirse en los meandros de la
condición humana: los buses de servicio
urbano.
Como en Colombia los conductores
someten a los pasajeros a sus gustos
musicales con el amplificador a todo tren, la gente tiene que hablar a los
gritos.
Además, el teléfono móvil anuló
el concepto de privacidad y las personas van soltando retahílas enteras sobre
su vida particular. En ese ejercicio
hacen públicas minucias que las hubiesen hecho sonrojar apenas dos décadas
atrás.
Soy usuario del transporte
público. Además, tengo oído de fanático
del rock. De modo que a lo largo de los años he recopilado un montón de frases,
algunas ingeniosas, otras procaces y muchas brutales, que en la práctica
funcionan a modo de termómetro y sismógrafo de nuestro tiempo… Y de todos los
tiempos.
Aquí va una antología inicial,
que espero enriquecer con ayuda de ustedes:
Popeye El
sicario no era malo: el gobierno se puso a perseguirlo y lo volvió así.
El mafioso Pablo Escobar tenía a su
familia y a su hogar por los más grandes tesoros. Por eso, como le gustaban las niñas
de catorce años, cuando alguna “se dejaba embarazar”, ordenaba su asesinato
para no mancillar su hogar con un hijo expósito.
Tan bueno que era el ex presidente Uribe. Durante su gobierno la gente pudo volver a pasear a su finca.
Y eso, en un vehículo usado en
su mayor parte por personas que no tienen finca.
Qué maravilla: Cristiano Ronaldo
puede darse el lujo de escoger el color de
los ojos, la piel y el pelo de sus futuros hijos.
A lo mismo aspiraban los
científicos nazis.
El mejor remedio para reavivar una
pasión moribunda es poner un buen par de cuernos en la frente del consorte.
Me expulsaron del trabajo o del
colegio porque me tienen ojeriza.
Y esta joya poética: Ese jugador no le hace un gol al arco iris.
Que Donald Trump haga lo que le
dé la gana: para eso es el presidente de Estados Unidos.
Si la selección de fútbol gana es
mérito de los jugadores. Sobre todo de James, Ospina y Cuadrado. Si pierde es
culpa de José Pékerman.
La basura hay que arrojarla a la calle. Así los recolectores tienen
trabajo.
Yo en mi casa hago lo que me dé la puta gana.
Por eso los vecinos no deben quejarse si les pongo mi música a todo volumen.
Una metafísica: Este clima no lo entiende nadie.
Una teológica: El Deportivo Pereira no puede ascender porque Chila murió en pecado mortal.
Una mujer: a los hombres hay que darles en la cabeza para tenerlos
contentos.
Un hombre: a las mujeres hay
que darles en la cabeza para tenerlas contentas.
Si lo mataron es porque algo
debía.
Si no roba es por pendejo.
Un diálogo entre profesores lúbricos:
¡Qué dicha pal que picha!
Pichar, según un diccionario
italiano apócrifo: de picciare, sinónimo de follar,coger, holgar, culiar,
yacer, conocer, copular, tirar, fornicar o tupirle al miriñaque.
Los más pudorosos utilizan un
eufemismo a modo de sinónimo: Hacer el amor.
Sí, hacer el amor. Como si ese sentimiento se produjera en una fábrica
o en un estudio de diseño.
Ahí los dejo. Hilvanen – si
quieren- las cuentas de su propio rosario.
Ah… Una recomendación final: si
no lo han hecho, súbanse a un bus.
Vale la pena: es barato y uno no
tiene que ocuparse en conducirlo.
PDT : les comparto enlace a la banda sonora de esta entrada
Tu anotación de "si lo mataron es porque algo debía" me recuerda una frase que se hizo célebre durante la feroz represión militar en la Argentina de fines de los '70 y comienzos de los '80: "Si lo 'chuparon' es porque estaba en algo raro..." 'Chupar' era el eufemismo por 'detener/desaparecer', que a su vez era eufemismo por... ya sabes. Esta frase ha dejado una profunda huella en la conciencia social y política de los argentinos. Ahora muy pocos admitirían haberla pronunciado en aquella época, pero lo cierto es que fue algo bastante común, incluso entre gente que ahora posa de progresista.
ResponderBorrarLa presunción de la culpabilidad ajena en una sociedad culpable es uno de los síntomas de la degradación ética. "Si yo estoy podrido, los demás también lo están": así funciona esa retorcida lógica, mi querido don Lalo.
ResponderBorrarCreo que a Shakespeare en la Argentina de las dictaduras lo hubiesen aguardado dos destinos posibles : una dramaturgia sin precedentes... o la desaparición irremediable.
Ah... Mi amigo Iván Rodrigo García, de Lector Ludi, acaba de acuñar una palabra bellísima : Shakespeareadas. Yo sugiero el correspondiente verbo : Shaskespearear.
Surrealista y desternillante eso de que el presidente Uribe eran tan bueno. Desafortunadamente no puedo aportar casi nada a su colección, y eso que me transporto en micro todos los días, pero todo tiene una explicación. Los bolivianos, a diferencia de los colombianos, somos retraídos, callados y poco dados a la extroversión, especialmente los que vivimos en la parte andina, las condiciones geográficas e históricas se asegura que tienen mucho que ver. La gente permanece callada durante los trayectos, y si habla lo hace en voz baja; de hecho, un par de universitarios brasileños (hay muchos en Cochabamba) que conversan meten más ruido que el resto de pasajeros juntos. No he visto prácticamente a nadie quejarse por el alto volumen que los choferes ponen a su música. Yo mismo, para aliviar la tortura auditiva pongo a correr el reproductor mp3 que procuro siempre llevar, así que no me entero de nada. Las frases ingeniosas hay que buscarlas en los muros o habría que darse una vuelta por los estadios de futbol, donde a menudo aflora la creatividad en cuanto a dichos, aunque la gran mayoría sean insultos terribles.
ResponderBorrarAh, y aquí se utiliza popularmente el término de “si lo 'limpiaron' fue porque estaba metido en algo” (especialmente en el narcotráfico).
Ahora entiendo, apreciado José. Hace cosa de veinte años fui a un bar de Medellín- ubicado en el sector de Guayaquil- frecuentado por artesanos ecuatorianos en su mayor parte, más algunos peruanos y bolivianos.
ResponderBorrarSiempre me impactó que bebían a torrentes, alzaban las copas y brindaban, pero rara vez hablaban entre ellos.
Ese ensimismamiento se me antojaba una suerte de coraza, una manera de defenderse frente a los embates - reales o imaginados- del mundo exterior.