TRES MUJERES
Mi abuela Ana María,
que sabía leer el pasado,
el presente y el futuro
en la estela vegetal
de la boñiga de las vacas.
Mi tía Teresita,
que a los cuatro años me enseñó
a sospechar los misterios del universo
en una cartilla llamada La alegría de leer.
Mi mamá Amelia,
que ganó todos los premios de montaña
pedaleando hasta el amanecer
en una máquina de
coser Singer.
Tres nombres,
tres mujeres,
tres piedras sobre las que edifiqué
esta cosa rara, bella, misteriosa, incomprensible
que es mi vida.
Tribunas ( Pereira) noviembre 27 de
2014
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