Cocina fusión. Música fusión. Ropa fusión. Arte fusión. Como si acabaran de inventar el concepto, las modas al uso hablan de fusiones por todas partes. Es más: todo lo in exige su dosis de fusión; incluso las llamadas uniones interraciales caben en ese concepto.
En realidad las fusiones de todo tipo son tan viejas como el mundo. De
hecho, la vida sobre la tierra es el resultado de múltiples fusiones que dan
lugar a una vida nueva. Incluso las cosas llamadas inanimadas son el resultado
de una cadena de encuentros. Pero como
el mercado se alimenta de novedades, los expertos propagaron la fantasía de algo
que bien podría expresar el espíritu de los tiempos. Por eso ahora todos
quieren fundirse en un abrazo cósmico.
Bien sabemos que la gran creación humana es la cultura en la más precisa acepción
de la palabra, es decir, la de cultivo, que alude al acto de escoger y preparar
la tierra, desbrozarla, abonarla, sembrarla y dedicarle todos los cuidados
hasta obtener una buena cosecha. El logro de los objetivos sería imposible-
cómo no- sin las fusiones.
El Diccionario de la Lengua Española presenta varios significados para el
vocablo fusión. Uno de ellos habla de fundición,
derretimiento, aleación, amalgama. Otro alude a unión de intereses,
ideas o partidos. Y uno más se refiere a unión, unificación, asociación,
vinculación y anexión. De modo que el mandato de madre natura es claro:
criaturas de todos los tiempos y países, fundíos.
Abstracciones aparte, cuando las abuelas confeccionaban colchas de retazos
con cuanto trapo encontraban a mano estaban fundiendo materiales destinados a
adornar la cama y a protegerse del frío. Cuando se trasladaban a la cocina a
preparar el sancocho para la numerosa prole, tomaban un plátano de aquí, una
yuca de allá, una papa de este lado y un pedazo de carne- si lo había- y se
consagraban a la preparación del milagro apuntaban en la misma dirección. De
hecho, la palabra sancocho quiere decir mezcla, reunión: de ahí el profundo
sentido comunitario de ese plato típico colombiano. Algo parecido sucede con
platos tan emblemáticos para el fundamento de las nacionalidades como la paella
en España, los tacos en México o los frutos de mar peruanos. En últimas, se
trata de una reunión que alimenta a partes iguales el cuerpo y el alma.
En el campo de la música, el concepto cobra un nuevo vigor, si nos atenemos
a que no existen músicas puras como lo quisieran los nacionalistas y
regionalistas extremos: cada ritmo, cada vertiente es el resultado de un
encuentro que de golpe nos lleva siglos atrás. Cuando el compositor checo
Antonin Dvořák (1841-1904) vivió en Estados Unidos entre 1892 y
1895, período en el que dirigió el Conservatorio Nacional de Música de Nueva
York, quedó tan impactado por las músicas religiosas de los negros-
el gospel y los spirituals-, que bajo
su influencia acabó por componer la más célebre de sus obras: la Sinfonía N° 9,
más conocida como Sinfonía del Nuevo Mundo. Es bien conocido el caso de Felix Mendelssohn
(1809-1847), que a pesar de su célebre
aversión por las músicas folclóricas, al final resultó tocado- en el sentido
literal- por el sonido de las gaitas escocesas después de nueve viajes a Gran
Bretaña.
Llegados al siglo XX, el surgimiento de la Salsa entre los sectores
latinos de Nueva York resulta más que ilustrativo. Si el encuentro inicial
entre las músicas indígenas y negras del Caribe con los ritmos europeos dio
lugar al rico paisaje sonoro que caracteriza a Cuba, República Dominicana,
Puerto Rico, Jamaica, México, Panamá,
Venezuela y la Costa Atlántica
colombiana, su amalgama con las músicas norteamericanas alumbró el fértil y
colorido panorama de una cultura hecha con retazos de los pueblos llegados del
mundo entero. Por eso, a pesar del tinte comercial que fue clave en el
surgimiento de Fania Records, el término salsa, en cuanto alude a
la mezcla de varios ingredientes, tiene
un peso integrador que expresa a cabalidad el fenómeno cultural implícito en los
movimientos migratorios.
Algo parecido sucedió con el nacimiento del rock. Si bien por comodidad
algunos lo datan en los años cincuenta del siglo XX, en realidad debemos
remontarnos mucho más atrás. Cuando escuchamos con atención una obra como la
Sinfonía N° 1 de Gustav Mahler (1860-1911), conocida como Titán, no
tenemos que forzar mucho el oído para descubrir una descarga de rock que nada tiene
que envidiarle a lo mejor de Metallica, para poner un ejemplo.
Pero hay más: mucho antes de los movimientos por los derechos civiles que lucharon contra el racismo en la década del sesenta, los ritmos blancos y negros de Norteamérica habían conseguido fundirse hasta derribar barreras que hasta entonces parecían insalvables. Fue el cruce entre el folk y el country blancos con el gospel, el blues y los spirituals el que finalmente engendró una de las más poderosas corrientes musicales de la última centuria. Basta con escuchar a Sister Rosetta Tharpe (1915-1973) armada de una guitarra eléctrica, para identificar en sus acordes el germen de ese ritmo que no tardaría en dividirse en una diversidad de corrientes tan fértiles que obligó a los estudiosos a inventar toda suerte de etiquetas para nombrarlas: rock & roll, sicodelia, rock progresivo, rock sinfónico, hard rock, metal, punk y unas cuantas más.
Como la vida misma, las fusiones no pueden detenerse: hacerlo resultaría
mortal. Sobre sus espaldas gravita el peso de la existencia toda. Poco importa
si hablamos de comida, de pintura, de arquitectura, de sexo, de baile, de
literatura o de religión. No sé ustedes, pero tengo la certeza de que sin la
presencia de los árabes en España y sin
la llegada de los españoles a América, no se hubiera presentado el encuentro
con el espíritu de Las Mil y una Noches y, por lo tanto, hubiese resultado
imposible una obra como Cien Años de Soledad. Fue ese diálogo lo que permitió esa Sinfonía
del Nuevo Mundo Literaria que cambió la manera de vernos a nosotros mismos.
Como podemos ver, más allá de estrategias publicitarias, las fusiones son tan
viejas como el mundo.
PDT. les comparto enlace a la banda sonora de esta entrada:
https://www.youtube.com/watch?v=-88l-M0KgkI&list=RD-88l-M0KgkI&start_radio=1




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