jueves, 25 de octubre de 2012

                                       
                                                             Vencido 


                                                                
                                               A  la memoria de Joel Pérez Soto 
                                  
                                    
                                   Mas que el dolor por la muerte
                                    De los suyos

                                    Era la humillación con su lengua
                                    De reptil
                                    Rozándole los párpados

                                    Y sembrando en su lecho un sueño
                                    De náufrago
                                    Sin puertos a la vista.

                                    No existían en su lengua
                                    Palabras de consuelo

                                    Sólo el pan amasado  con la agria
                                    Materia
                                    De viejos odios:

                                     La maldición de una antigua
                                     Mujer
                                     De  piel aceitunada
                                     Abandonada en el momento
                                     Más loco del amor

                                     Dicen
                                     Quienes lo vieron convertirse
                                     En estatua de piedra
                                     Con la cabeza coronada de
                                     Lianas y bejucos

                                    Que volvió la vista
                                     para llevarse en la retina
                                     La imagen de su ciudad
                                     arrasada por los bárbaros

                                     Y apenas tuvo tiempo
                                     De ver el fuego
                                     Acodándose en la arena
                                     Como un animal saciado
                                     Que se lame las garras.


jueves, 18 de octubre de 2012

Unos seres muy raros




El diccionario privado de esa forma suprema de la hipocresía llamada “ corrección  política” desterró  de sus páginas, entre decenas de conceptos, la  elocuente expresión maníaco depresivo para referirse  a las personas asaltadas por repentinos y traumáticos  estados de ánimo que las conducen en un santiamén  de la euforia extrema a la tristeza  irremediable. En su reemplazo  instauró  la impersonal y  aséptica noción de trastorno bipolar. Como corresponde  a  las formas ambiguas de ese discurso uno puede entender  cualquier cosa. Por  ejemplo, el  confuso estado de un individuo indeciso entre irse a vivir al polo norte o al polo sur.  Mi abuela Ana María, dueña de una capacidad sobrenatural  para caracterizar al prójimo, lo resumía en  cinco palabras: Son unos seres muy raros.
La historia viene a cuento a raíz de la publicación de una más entre las manifestaciones de   esa pandemia de las encuestas que se multiplica a la velocidad de las enfermedades de transmisión sexual. ¿De qué habla la gente y cuánto  tiempo le dedica a cada asunto específico? En realidad las respuestas no sorprenden tanto: Los humanos hablamos de tres cosas: fútbol, sexo y política. En ese orden. Curiosamente no aparece la  economía, a pesar de lo contundente  y devastador de sus efectos en la vida  diaria. A lo mejor se debe- supongo- a nuestro temor congénito a nombrar los peligros. Si no los mencionamos algo de control podemos ejercer sobre ellos.
En este punto  se ligan las dos ideas: Cuando se trata de fútbol, política  y sexo los colombianos somos maníaco depresivos. Una victoria, la posibilidad de una conquista amorosa o el discurso  mesiánico  de un político nos elevan a la cima del delirio para, acto seguido, arrojarnos a las simas de la depresión. Hace apenas unos meses teníamos la peor selección  de fútbol  del mundo. De  la noche a la mañana, como resultado de  tres victorias consecutivas  ya nos sentimos instalados en la ronda de grupos del mundial 2014.  “No hay excusa para no ir a  a Brasil” me dijo, con la voz quebrada, un conocido después del 1- 3 frente a Chile en Santiago. Sus palabras  tenían el tono de  un designio. Algo terrible le puede pasar a los que no asistan   a ese Mundial, sospeché. No quiero ni pensar lo que podría suceder si  surge un tropiezo en  el camino de aquí al final de la eliminatoria. Temo incluso que puedan desterrar al técnico  Pekerman a las islas Malvinas.
En el campo de la política el panorama no cambia  mucho. Cuatro años atrás una amplia masa de  nacionales se postraba ante la imagen de un arriero a caballo y no contenta con   ello lo recompensaba con sus votos ¿La razón? El individuo en cuestión prometía  acabar con el mal,  materializado en este caso en las guerrillas herederas de  abortadas utopías. Para aderezar el menú, el hombre utilizaba figuras entre bíblicas y   agrícolas como  “Aplastarle la cabeza a la culebra”. Claro, cualquier pecador arrepentido se entusiasma  con eso. A la vuelta de unos meses esos mismos  devotos- salvo los más recalcitrantes- se deslizaban hacia  un discurso  elaborado con imágenes  extraídas de la quimera del progreso: locomotoras  y prosperidad. Solo falta un  pintor patriotero dispuesto a transformarlas en alegorías comercializables  en  vallas, gorras y camisetas: cosas de las manías depresivas.
El tercero de los puntos es más complejo. Por definición, el sexo es el terreno de lo impredecible. Hoy Romeo se acuesta enamorado y mañana se despierta cornudo y apaleado. Uno puede decir que son gajes del oficio y pasar de largo con  una saludable dosis de filosofía. Pero  la cosa no es tan simple. Las encuestas- otra vez las malditas encuestas- nos dicen que en el país el número de suicidios se incrementa de manera exponencial. Y no son precisamente los problemas económicos la causa de la  “fatal decisión”, como escriben los cronistas  judiciales. Nada eso, señores. Al parecer no podemos  disfrutar de un buen polvo y pasar a la siguiente página  de la historia personal sin mayores desgarraduras. Todo lo contrario: si nos  niegan el siguiente nos ponemos al borde de asesinar a la muchacha renuente a repetirlo o de  convertirnos en asesinos seriales  dignos de una película de Oliver Stone. ¿El resultado? Entre goles,  desgobiernos y promesas de amor incumplidas caminamos al borde de una cornisa llamada, con exceso de grandilocuencia, Historia Patria. Maníaco depresivos que somos.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Los sonidos del silencio




Quienes pensamos que el socialismo debería ser sinónimo de libertad en cualesquiera tiempo y lugar, nos solidarizamos con Yoani Sánchez, la disidente cubana creadora del blog Generación Y, detenida  por agentes del régimen de los Castro, cuando se dirigía en compañía de su esposo a presenciar el juicio contra el político español  Ángel CarromeroBarrios, acusado de “Homicidio imprudente”, después de protagonizar un accidente de automóvil en Cuba el pasado 22 de julio.


jueves, 4 de octubre de 2012

Tuya es la noche




En la novela de Bram Stoker y en las sucesivas películas protagonizadas por Béla Lugosi, Peter Cushing  y Cristopher Lee, el conde  Drácula sale de  su sarcófago  a la hora del crepúsculo- momento temible en la cosmovisión de los ocultistas -  para consagrarse, como buen viejo verde, a la búsqueda de jóvenes doncellas . Necesita alimentarse de sangre en su esfuerzo por mantenerse en la  difusa frontera donde la vida y la muerte se tocan. Estamos, no lo olviden, en los rezagos de la era victoriana, cuando el puritanismo y la doble moral eran ley. Es decir, como hoy . En esa manera de ver las cosas, el concepto de  pureza  jugaba un papel central.  Es decir, igual que hoy. Por eso el narrador utiliza la metáfora de la sangre para no mencionar la palabra sexo.  El viejo Drácula  se cuela en  esas mansiones decadentes en busca de   la dosis de caos  y vitalidad necesarias  para soportar el absurdo de su existencia. Una vez saciado, poco  antes de la  llegada del día, regresa a su  ataúd. En otras palabras, vuelve al orden establecido.
La aventura  del conde rumano viene a cuento por dos razones. La primera, la presencia de la noche como protagonista  de  buena parte de los  cómics,  ese híbrido donde confluyen los lenguajes de la literatura, el dibujo, la pintura , el cine y la televisión. Es importante fijarse en ese detalle: la noche no es el escenario, es la protagonista, como antítesis del día, vale decir, la vieja parábola de la lucha milenaria entre luz  y tinieblas.  Segunda clave : recorriendo las calles  donde  viven  sus peripecias  los personajes de V  de  Venganza,la  historia concebida por Alan Moore  y David Lloyd, este último invitado a  la muestra de cómic  2012 organizada por el Cine Club Borges, me tropecé con un cartel cuyo mensaje puede traducirse así: “ Fuerza a través de la pureza/ Pureza a través de la fuerza”. Uno relee la frase y se siente invitado a un rito de iniciación . En   el caso de los cómics, desde los tiempos de Batman y Dick Tracy, la iniciación propuesta se refiere a los códigos  del poder.  De eso se alimenta este género: De códigos para acceder al poder o  para escapar a sus efectos devastadores. Por eso su reino preferido son las sombras. En ellas pueden ocultarse por igual perseguidores y fugitivos. Y ya sabemos que el poder es el verdadero monstruo de las mil caras: El sexo, la religión, la política, las finanzas, la familia, la escuela, las artes son apenas algunas de  sus muchas manifestaciones. No sé si los creadores de estas historias perturbadoras sean conscientes de ello. A lo mejor ni les interese, pero en esos hombres arrodillados lamiendo los pies de una mujer empeñada en ignorarlos, en esos campos de readaptación donde lo humano es apenas una masa de despojos, en esos refinamientos que elevan la violencia a la dimensión de  categoría estética aflora siempre  una  afirmación de índole política : "Toda lucha por la dignidad de los seres humanos es, en últimas , una lucha contra el poder en cualquiera de sus manifestaciones".  En esos relatos, siempre hay alguien tratando de aplastar a otro. En la contracara  están los que se niegan a aceptar esa voz del destino con la que empieza el primero de los libros de V de Venganza titulado, no por azar, Europa después del reino. A modo de respuesta, los rebeldes ensayan una suerte de salmodia : “ Dices que quieres liberarme y me confinas en una prisión”. La prisión del amor,  las ideologías, los dogmas, las promesas incumplidas.
Debe ser por eso mismo que  a cada paso se encuentra uno con tantas  personas a la espera de un juicio: Mientras transitaban por la larga noche de su desventura omitieron un  código, olvidaron hacer una genuflexión. Y en estos  mundos el poder no  puede permitirse el lujo de la indulgencia: perdería credibilidad. Por eso destierra a sus marginales al reino de la noche que es, por definición, el terreno donde se  pueden hacer las cosas prohibidas de día : salir a la caza de doncellas, traficar, robar, matar, intrigar. En este punto, a despecho de quienes  ven en ellos una propuesta de índole libertaria, en los cómics  aflora un talante conservador. Glorifican la noche  como puesta en escena  de lo prohibido. Si durante el día se trabaja, se pagan los impuestos, se almuerza en familia, se pronuncian discursos edificantes y  se reproduce el sistema, cuando llegan las sombras las buenas conciencias  , al igual que el conde Drácula, salen de sus  sarcófagos, intentan vivir la parte reprimida de su existencia y vuelven a  su ataúd al rayar el alba. Solo entonces el orden establecido podrá dormir tranquilo.