jueves, 17 de enero de 2013

De piedras y carteles




“La corrupción es inherente a la  condición humana” dijo un cruce de filósofo y presidiario colombiano de apellido  Nule . Es improbable que el sujeto en cuestión haya leído  a San Agustín, pero es conocido que su familia de políticos y empresarios se enriqueció en buena medida gracias  a sus contratos con el Estado, modalidad que en el tercer mundo constituye  un camino expedito para el tránsito del patrimonio público a las arcas privadas. La cita  vino a cuento en medio de la conversación con un amigo teólogo recién desempacado de Roma. Impaciente por mi incapacidad para comprender el misterio de  la  santísima trinidad y del catenaccio en el fútbol el hombre, buen jesuita como es, optó por el camino del medio, se echó un  buen trago de   vino tinto al coleto y propuso hablar de las mafias, carteles y  cofradías que desde el comienzo de los tiempos se organizan para controlar el mundo.
Su salida me sirvió de pretexto para soltar una vieja inquietud que ronda la herejía en una familia de católicos , apostólicos y paisas como la mía : en realidad el Pedro del Nuevo Testamento no fue un humilde pescador. Era el jefe del cartel del pescado en el área de influencia del mar de Galilea. De otra manera no se explica que un líder de multitudes tan brillante como Cristo lo  escogiera para fundar una religión con pretensiones universales, o globales, como dicen los profetas del siglo XXI. “Pedro, tu eres piedra y sobre esta piedra edificaré mi iglesia”  es la frase citada por esos formidables cronistas y poetas que son los evangelistas, sobre todo Marcos, que en asuntos de símiles y metáforas  sabía tanto como un  bardo del Siglo de Oro español. Pedro era quien imponía los precios, fijaba cuotas de compras y ponía las condiciones  del mercado, le expliqué a mi interlocutor que, atacado por una risa nerviosa, apuró de un trago el resto de la botella  de Casillero del Diablo y se dispuso a destapar  la siguiente.
El asunto es  sencillo: donde quiera que exista una fuente de poder no tarda en formarse un cartel dispuesto a controlarla, por las buenas o por las malas, para dirigirla en su propio beneficio. Cuando son ilegales, esos grupos se llaman mafias a secas. Entre ellas, las que  recrea Mario Puzzo en sus novelas son apenas las más recientes. Si funcionan amparadas  por la ley  reciben el nombre de Estado, academia, magistratura o lo que se les antoje a sus creadores.  Por supuesto, siempre habrá  de por medio una causa noble que justifique las tropelías.  Si  creen que exagero, remítanse a las componendas que rodearon la  recién horneada reforma  a la justicia o al mas distante  ejemplo del retoque a un “ articulito” de la Constitución  que permitió  la reelección de un redentor forjado a la medida de la angustia de los colombianos. Todo fue legal, lo que no significa en sí mismo una garantía : uno no puede confundir lo que está bien con lo que le conviene. Pero tampoco es necesario ir tan lejos. Basta con aproximarse a los cenáculos académicos para hacerse a una  idea. Mientras  los cofrades citan a Aristóteles, a Habermas a  Morín o algún otro gurú recién inventado, en  el salón contiguo se hacen los negocios para los nombramientos de profesores, los viajes, las pasantías y las publicaciones que  conforman todo ese entramado de poder. Magister dixit, es la consigna.
Podríamos seguir enumerando hasta  el infinito : El cartel del sexo, del deporte, de la política, de la prensa, de la salvación eterna. Hace poco me abordó en  la calle un cruce de Yuppie y pastor que se ofreció a salvar mi mal reputada alma por una tarifa redimible en cómodas cuotas mensuales, como si se tratara de una nevera  No Frost, una Blackberry o  un televisor de plasma . A  propósito: no  hemos hablado del cartel de la tecnología, que en principio  vendió la idea de Internet como el reino recuperado  de la libertad y ahora se  dispone a cobrar el menor suspiro de sus usuarios.
Bastante achispado por el vino que se bebió sin consideración por su prójimo, mi contertulio se levantó de pronto, preocupado por los efectos que esa conversación sobre pescadores y carteles pudiera tener en su futuro eclesiástico.  Para calmarlo, le  juré por la memoria de mi abuela Ana María, conocedora como pocos de los códigos del cartel  de la familia, que ni aún  bajo tortura  revelaría su identidad. Al menos  he conseguido llegar al final de este relato sin violar el juramento.

10 comentarios:

  1. Qué deliciosa lectura, amigo Gustavo, me quito el sombrero. Jugoso artículo (a falta de otro término, no recuerdo el calificativo para elogiar una bebida excelsa.Humor muy bien destilado, de etiqueta negra. La ecuación teólogo libando vino Casillero del Diablo es para enmarcar, no quiero decir que esté promocionando una marca, pero la ocasión lo merece, muy bien traída. Muy distinto es que un jardinero esté pasando su cortadora Black and Decker, porque se le ocurrió a un escritor “vanguardista”. Hablando de mafias, gracias a su disertación, me queda bastante claro que la expresión “está durmiendo con los peces” tiene su origen en el mentado lago de Galilea. Como ya dijo alguien, la Iglesia es el cartel más antiguo y exitoso de la historia, idea que suscribo plenamente. Espero que por esta herejía no me cierren las puertas del cielo, je je.

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  2. La identificación de Pedro como dirigente del sindicato de pescadores, con sus pelillos de mafioso, presenta bajo una buena luz a la roca de la Iglesia, a mi modesto entender, porque entonces habría hecho, al seguir a Jesús, un sacrificio mucho mayor que un simplote que apenas sobrevivía en el Mar de Galilea. Digo esto para sugerir que tu amigo teólogo sabía esto y no deberías prestar mucha atención a su incomodidad al final de la conversación, regada con Casillero del Diablo. (También lo bebemos en Londres, igual que otras bebidas del demonio, enmascaradas con nombres menos sacrílegos.) Pero si el teólogo realmente temía el reproche de sus pares, debería preocuparse, porque, según nos enseña el Padre Brown, el de Chesterton, las pistas que has diseminado en tu relato llevan directamente a su identidad: jesuita, de paso reciente por Roma, presumiblemente colombiano y de Pereira, aficionado (con moderación, claro) al buen vino y a la conversación, generoso (por valorar la opinión de sus hermanos)… el jesuita más despistado conocería su nombre, que a fin de cuentas es el nombre de todos, porque no hay culpa alguna en él.

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  3. Saludos maestro Gustavo...
    Pues me precio muy acertado el articulo: cada vez que un nuevo poder se levanta en la sociedad, también se levanta una mafia que lo controlara, "El problema de la rosca es no estar en ella" dirá algún otro "intelectual" Colombiano,... pero es una realidad. :( - También es una decepción ir avanzando hacia el futuro y encontrarse en un punto muerto donde las virtudes que creíamos salvarían nuestra alma, son nuestras cadenas, como prometeos atados al tartaro, no ser corruptos o "amigueros" nos trae el sinsabor de ver a otros corruptos ocupar los lugares históricos que deberían ser para las personas mas virtuosas y sabias, es lamentable pero es una realidad: LAS VIRTUDES SE CONVIRTIERON EN CADENAS y los corruptos felizmente gozan de su reinado (por lo menos hasta que otro mafioso corrupto se los quite en las próximas elecciones, concurso, beca, prebenda o licitación)

    Al final los dioses corruptos reinan hoy sobre los odiseos virtuosos.

    Un abrazo desde los terrenos del exilio contracultural de la indignación, Maestro.
    http://www.youtube.com/watch?v=3gsf2seHPz8

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  4. ¡ Salud! apreciado José. Si algo le han devuelto los blogs a la esencia de la vida es el placer de la conversación inteligente. Eso de proponer un texto y que le respondan a uno desde Londres y Cochabamba es algo digno de agradecer. A propósito :¿Cuál es el significado la palabra Cochabamba?
    Pasando al asunto de los carteles, las cosas que usted describe sobre el gobierno plurinacional es una buena muestra de esa manera de ver y ejercer y el poder.

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    1. Saludos de nuevo, amigo Gustavo, Cochabamba proviene del quechua "Khocha pampa", que quiere decir "llanura anegada" porque antiguamente se cuenta que este valle estaba poblada por muchas lagunas, de las que no queda ninguna lamentablemente, porque toda la región se ha secado paulatinamente. Ahora tenemos un clima árido y muy seco, situación similar a lo que ocurrió con Mexico DF. La ironía es que ahora tenemos una sola laguna al sur de la ciudad, pero artificial, construida en los años 30 por prisioneros paraguayos. Se la conoce como Alalay, interjección que usa en quechua como expresion de mucho frio.

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  5. Mi querido don Lalo ¡ Qué aguda su percepción sobre el caso Petrus! Aunque me temo que el hombre no estaba sacrificando nada: en realidad hacía una inversión a muy, muy largo plazo. Además, usted está sobre la pista: pienso que en realidad, a mi amigo teólogo le interesa que se conozca su identidad. Presumo que trama un cisma... o un sismo.

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  6. "Prometeos atados al Tártaro", buena definición, amigo Trejos. Si nos fijamos bien, los Titanes de la mitología clásica andan todo el tiempo en una pugna sin cuartel contra el poder. ¿El propósito?: liberar a los humanos de las supersticiones diseñadas por los carteles del Olimpo para mantenerlos bajo control. De allí el bello simbolismo del fuego implícito en la historia de Prometeo.

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  7. Mi querido Maestro simplemente aclararle que Pedro no es del Antiguo Testamento, si fue elegido por Jesús pertenece al Nuevo Testamento, lo de jefe del cartel acertado o no, puedo asegurarle que si fue un hombre pecador, recuerda que El Maestro de maestros vino fue a llamar pecadores (como tu y yo): "...los enfermos son los que necesitan médico" y recuerda que el "flaco" tambien tomó sus buenos vinos...la diferencia es que supo hasta cuando hacerlo. Un abrazo.

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  8. Tiene toda la razón: muchas gracias por corregir el lapsus. En el Antiguo Testamento no pudo haber ni rastros de Pedro.

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  9. Muchas gracias por la respuesta, amigo José.

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