Mediados por la
liturgia o el carnaval, los seres humanos
siempre hemos necesitado de fechas consagradas a celebrar momentos esenciales de la existencia que pasan invariablemente
por lo sagrado o lo profano.
En ese contexto,
existen actos cuya intencionalidad es manifiestamente política, en tanto
apuntan a recordar momentos claves para las
reivindicaciones o expectativas de
un determinado grupo social.
Así sucedió
hasta hace pocos años con el Día Internacional de la Mujer Trabajadora,
convertido ahora en el mes de la mujer
por obra y gracia de los gremios que agrupan a los comerciantes. La academia,
los medios de comunicación, las organizaciones no gubernamentales y, por
supuesto, las asociaciones de mujeres, destinaban ese día a recordar qué tiene
de especial la fecha del 8 de marzo en
el ámbito histórico y social de las reivindicaciones femeninas, así como a la
revisión de las tareas por cumplir.
Pero de un tiempo
para acá, a tono con una manera de ver el mundo que todo lo banaliza y lo
convierte en mercancía, el día de las mujeres, al menos en el caso colombiano,
empezó a parecerse cada vez más a esas
fechas en las que se nos recuerda que
todos tenemos madre, padre y además nos enamoramos de vez en cuando,
condición que debemos demostrar
con un regalo cuyo precio será proporcional al tamaño de nuestros
sentimientos.
De modo que todo cambió : los vendedores de
flores y tarjetas de ocasión se tomaron
las calles- lo cual es apenas comprensible en una país donde cada vez
más personas sobreviven del rebusque- las emisoras se dedicaron a propagar hasta el hartazgo la demagogia
ginecofilica de las canciones de Arjona
y Alberto Plaza, los almacenes anunciaron promociones de tangas y, para no quedarse atrás los moteles y discotecas
organizaron paquetes de dos por uno, “ porque ellas se lo merecen todo”, según rezaba el anuncio publicado en un periódico.
Como si fuera poco, los espacios de entretenimiento
en los noticieros de televisión se abrieron “para que ellas expresen lo que sienten y piensan”
animadas por las palabras de una
presentadora anoréxica.
A su vez las cadenas de radio pusieron a disposición del
público sus páginas de Internet para que los oyentes ejercitaran ese remedo de participación
ciudadana que son las llamadas al aire o el intercambio de mensajes a través de los medios electrónicos.
Siguiendo el
ejemplo del cantante Juanes, elevado a
la categoría de “conciencia social del país” por los malabares de los grandes diarios,
cientos de colombianos pusieron a prueba su
imaginación y creatividad repitiendo una y mil veces que nuestras
mujeres son una chimba.
El resultado de
toda esa puesta en escena es que cada
vez se habla más del lado glamoroso del universo femenino, incluidos los
innegables atractivos de su desnudez, mientras se corre un velo sobre ese territorio oscuro donde son víctimas de la explotación
sexual, de las inequidades en materia
laboral y salarial y de ese hogar dulce hogar donde sigue siendo frecuente que se resuelva a punta
de insultos y golpes todo aquello que no
nos gusta.
Por eso, es bastante probable que una vez curadas de la resaca de
tantas celebraciones en las que abundan las serenatas de ranchenato, miles de
nuestras mujeres se despierten
convertidas en símbolo viviente de la realidad colombiana de hoy : es
decir, desnudas y en lo oscuro.
PDT: les comparto enlace a la banda sonora de esta entrada
Este movimiento feminista es auténticamente revolucionario; como los aluviones, arrastra lodo y oro, piedras y troncos, lo que haya. Es destructor y creador al mismo tiempo. Todos somos responsables de su gestación, incluso los machistas que crearon las condiciones de su desencadenamiento y ahora denuncian sus excesos, que los tiene, vaya que los tiene. En el futuro los papeles sociales se determinarán según hayamos estado a favor o en contra del movimiento. No será fácil.
ResponderBorrarVaya vaticinio, mi querido don Lalo. Esperemos entonces el desenlace.
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarComo usted bien dice, aquí en Bolivia, muchos se plegaron a la puesta en escena del Dia internacional de la Mujer, como si no bastara que en mayo se celebra a las madres y en octubre a la condición de mujer, precisamente. Los politicos (cúando no)se hicieron eco de la noticia y algunas autoridades hasta se quisieron mostrar magnánimas al otorgar la tarde libre a sus subalternas. Pero todo ese entramado de homenajes vacios no cambia la condición de demasiadas féminas que sufren en las sombras e indefensas. Casualmente se publicaba al mismo tiempo el aberrante dato de que cada 3 dias se comete un feminicidio, horroroso para un pais de tan poca población como el nuestro. De esos indices de violencia pocos hablan y nadie parece centrarse en lo que realmente importa: una urgente reingenieria de la sociedad a traves de la educación. Pero suena más bonito dedicar canciones y ramos de flores,para lavar la conciencia, parece.
ResponderBorrarY entretanto, se recita por todas partes la cursilería esa de que " A una mujer no se le pega ni con e el pétalo de una rosa".
BorrarAsí van las cosas, apreciado José.
Ah, me olvidaba decir que me mató con eso de que Juanes es considerado la conciencia social de Colombia. ¿Habrá un dia en que Maluma sea elevado a máximo embajador de la "música" colombiana? Y muy surrealista esa oferta motelera "porque ellas se lo merecen todo". ¡que perlas se ha traido hoy!
ResponderBorrarAy José. Me temo que usted se quedó corto. Hace un tiempo el gobernador de Antioquia condecoró al Maluma de marras " Por sus aportes a la cultura del país".
ResponderBorrarY el tipo iba en serio.
Por qué tanta gente obviamente anti-fascista es acusada hoy de ser fascista?
ResponderBorrarhttps://www.nytimes.com/2018/03/07/opinion/were-all-fascists-now.html
Maniqueismos,creo que llamaban a eso en otros tiempos, mi querido deon Lalo.
BorrarTanto adjetivo resulta pernicioso a largo plazo, tocayo. El día de la mujer, el del hombre, si es que hay uno, son alimento para el aplauso y el abrazo momentáneo. Pero ahí se queda. Lo que se celebra en esas fechas es la limitación de cada rol a partir del sexo.
ResponderBorrarLa canci{on de Serrat, como dirían los de mi generación, ¡brutal!.
Gustavo, debería hacerse una entrada en el blog que hable de sus bandas sonoras. Una buena recopilación a lo '14 cañonazos bailables' o 'Llena tu cabeza de rock'. Algo como 'Música ácida'.
Ja, ja. Qué buena idea, viejo. Y eso de "Música ácida" suena todavía mejor.
ResponderBorrarEn algún momento me pondré en esa tarea.
Un abrazo y mil gracias,
Gustavo