jueves, 3 de septiembre de 2020

Messi y el Mediterráneo



 

                                   


                                    “Qué le voy a hacer si yo

                                      nací en el Mediterráneo”

                                                      Joan Manuel Serrat

 

 

Para mi hermano Felipe Pérez.

 


“ El gran problema del Fútbol  Club Barcelona consiste en que no es un club de fútbol sino un partido político”.

 

Esa  frase, lapidaria y lúcida, como todo lo suyo,  la leí hace más de una década en El blog de Lalo, la  publicación  que el  gran periodista argentino Raúl Faín Binda mantuvo durante años en BBC Mundo.

 

Y ese no es un asunto menor: un partido político es el proyecto de sociedad de un determinado sector de la misma que aspira a hacerse con el poder.

 

Y eso implica pugnas, combates que a veces acontecen en el terreno diplomático o en los medios de comunicación y otras en el campo de batalla.

 

O en un campo de fútbol. En el caso que nos ocupa, el Camp Nou, no menos legendario que la Iglesia de La Sagrada Familia, obra del arquitecto Antonio Gaudí, devenida fetiche  para varias generaciones de turistas de todo el mundo.

 

En esa suerte de altar pagano han oficiado sus ceremonias, aupados por varias decenas de miles de feligreses agolpados en las tribunas, taumaturgos de la estirpe de Johan Cruyff, Diego Maradona, Romario, Ronaldinho,  Ronaldo Nazario, Hhristo Stoikov, Luis Figo y Andrés Iniesta, para mencionar uno de la casa.




 

Como corresponde  a los grandes mitos, todos ellos ascendieron al cielo culé, iluminaron la vida de sus fieles devotos durante varias temporadas… para desplomarse después en medio de controversias, portazos y líos judiciales.

 

Nada nuevo en todo caso: para redondear su ciclo, el mito debe ser destronado, troceado en pedacitos y distribuido entre sus  antiguos fieles en un acto de comunión bastante conocido en el mundo cristiano.

 

Sin esa ceremonia se hace imposible el nacimiento del  nuevo mito que reinicia el giro de la noria: la rueda eterna de la vida y la muerte.

 

“ De  Algeciras a Estambul”, las leyendas mediterráneas  abundan en ese tipo de relatos que pueden resumirse en    La última cena, la imagen del Nuevo Testamento que recoge y sintetiza elementos que van desde la antigua Asiria hasta Portugal.

 

Y aquí llegamos a la clave del asunto.  A mi modo de ver, “El caso Messi”, como ahora se  le conoce en el lenguaje de los medios,  sólo pudo haberse engendrado, alimentado y extinguido en Barcelona, la “ Barca novena” según quiere la leyenda, acomodada  a las claves del relato clásico de El Vellocino de  Oro.




 

Hablamos de pueblos  proclives al amotinamiento de la sangre. Hombres del Mediterráneo para quienes  los actos  esenciales de la vida- los que llevan del nacimiento a la muerte- suponen una puesta en escena, un mesarse los cabellos, arañarse la piel y pregonar a los cuatro vientos las honduras de   dichas y penas.

 

Fíjense nada más en el antiguo teatro griego y verán.

 

Pues bien, esa Barca Novena atraviesa hoy por aguas  turbulentas, agitadas por el mismísimo Poseidón en persona, a resultas de las disputas por el  poder que tienen como centro de la tormenta a su último gran mito : el argentino Lionel Messi, nacido  para el fútbol en  La Masía, algo así como las entrañas del club, los campos de entrenamiento donde se forman los relevos generacionales del primer equipo.

 

Desde su nacimiento, la historia estuvo rodeada de todos los elementos para alcanzar categoría legendaria: trasplantado de su natal Rosario a Barcelona,  un niño enclenque   con problemas de crecimiento fue sometido a toda suerte de tratamientos clínicos- el equivalente moderno de la magia- hasta convertirse en la estrella capaz de  encantar con su juego a los aficionados del mundo… y de facturar miles de millones en publicidad,  taquillas, eventos profesionales y contratos de televisión.




 

Por definición , la magia no puede durar y la de Messi con  el club, la ciudad y el Mediterráneo  se prolongó demasiado para la capacidad de resistencia de un humano,  aunque se trate de un superdotado: son   diecisiete años desde su estreno en la primera división hasta el estallido  final  tras la paliza propinada por los alemanes del Bayern Munich en la reciente liga de campeones.

 

Todo empezó el 16 de noviembre de 2003, cuando  ese chico predestinado saltó a la cancha en un partido amistoso contra el Oporto de Portugal. De ahí en adelante, independiente del entrenador que estuviera   sentado en el banquillo, lo ganó todo con el Barcelona  a nivel personal y colectivo.

 

Son diez  Ligas de España, ocho Supercopas de España,  seis Copas del Rey, cuatro Ligas de Europa, tres Supercopas de Europa y tres Mundiales de Clubes : leña suficiente para alimentar  la hoguera de la devoción para el resto de la historia del  Fútbol Club Barcelona.

 

Eso es lo incontestable:  lo demás son las intrigas y disputas propias de un partido político.



PDT. Les comparto enlace a la banda sonora de esta entrada

https://www.youtube.com/watch?v=_w2WOHs9wG4 

 

 

 

5 comentarios:

  1. A tono con lo que dice Lalo sobre el FCB, podría añadirse que a su vez el gran problema de Messi es su condición de argentino que, como es un "pecho frío" por decir menos, siempre está bajo sospecha de los medios argentinos que no se cansan de endiosar a Maradona a pesar de sus constantes escándalos de diversa índole. Objetivamente Messi tiene más títulos y premios que Maradona que, sin embargo, no le alcanzan para convencer a sus compatriotas que están ante uno de los mejores jugadores de la historia. Además como 'no ha ganado un Mundial' ni se muestra efusivo como un 'verdadero argentino' bien puede seguir esperando el reconocimiento de sus paisanos. Lo que debería preocuparnos más bien a los futboleros es qué haremos cuando se retire Messi, cuando su magia dominical se acabe en un par de años. Viendo hoy a las nuevas generaciones de futbolistas, no hay indicios de alguno, ni de lejos, que vaya a llenar ese vacío. Como aficionado culé no tengo nada que reprocharle acerca de su marcha, después de las inmensas alegrías que nos ha dado estos años. Dentro de poco ya estaremos viviendo de la nostalgia de sus goles.

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  2. Total, a la vuelta de dos años asistiremos a su declive final, apreciado José. Lo que hoy irrita a la gente es haber dejado inconcluso el sueño de su retiro del Barca, con todos aplausos que merecen tres lustros de gloria.
    Pero esa es la vida: las cosas nunca salen como se desea y ahora tocará verlo despedirse bajo otra insignia.

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  3. Total, a la vuelta de dos años asistiremos a su declive final, apreciado José. Lo que hoy irrita a la gente es haber dejado inconcluso el sueño de su retiro del Barca, con todos aplausos que merecen tres lustros de gloria.
    Pero esa es la vida: las cosas nunca salen como se desea y ahora tocará verlo despedirse bajo otra insignia.

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  4. Gustavo. Buena esta entrada y me recuerda a otro sabio enamorado del fútbol, el profesor Sergio Boisier, quien me enseñaba a entender los pueblos desde el fútbol, ese gran espectáculo donde los humanos asumimos condiciones históricas, territoriales y rituales. Messi es es la historia de un ídolo que nos representa, a nosotros por latinoamericanos amantes de esa identidad argentina desde los tangos de la cuna y la pelota de la calle, Barcelona por los orígenes desde el Mediterráneo donde nacieron antepasados y porque esa ciudad es símbolo por sus desarrollos de ciudad, ejemplo para los planificadores y los amantes del territorio de las palabras y ese acto tan ritual de aquel partido de fútbol cundo la goleada remueve el piso de los sueños y las identidades. Messi quiere correr y reacciona así, el peso es grande y los aficionados necesitan tumbar al ídolo, como en la política cuando se desgastan y se desnudan los pecados de los caudillos. Hay cierto paralelo entre el Rey Juan Carlos el ídolo de barro y el Messi que está entre la esperanza en la puerta que da paso a una nueva época y el mueble valioso y viejo que rechina en los rincones y pocos quieren tener en la sala.

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  5. Qué buena esa conexión entre los casos- en muchos sentidos paralelos- de Messi y el rey Juan Carlos, apreciado Guillermo. Éste ultimó acabo desnudado en su parte oscura, de haber sido la clave en la transición española de la dictadura a la democracia.
    Y como sucede casi siempre con los machos alfa, fue el sexo lo que puso en evidencia su fragilidad.
    En lo tocante a Messi, nadie sale indemne después de cargar tanto tiempo sobre los hombros con el peso de la gloria.

    Así ha decidido quedarse un año más, por puro pragmatismo, el gran Lionel ya empezó el tortuoso tránsito "cuesta abajo en la rodada", como reza el célebre tango.

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