viernes, 29 de junio de 2012

Códigos errados




La pregunta me la soltó a quemarropa  un joven de veinte años, vocero a su vez de un grupo de estudiantes de artes visuales : ¿ Por qué una película como El último  tango en París suscitó  tanto alboroto hace cuatro décadas, en plena revolución sexual, si la más audaz de sus escenas eróticas podría servir hoy para amenizar  la fiesta de fin de  curso de un jardín infantil?
-El problema es ese, le respondí, intentando un argumento frente a la inquietud que yo mismo me  formulé  hace mucho tiempo: Una vez más, el establecimiento se las arregló para  cambiarnos los códigos. Quiero decir: El film de  Bernardo Bertolucci no fue atacado en realidad por escenas  como aquella de Marlon Brando  consagrado a lubricar con margarina de mesa el trasero de María Scheneider. La indignación de los poderes civiles,políticos y religiosos  venía por otro lado : La película fue- y sigue siendo- uno de los más feroces alegatos contra  los valores de  la institución familiar planteados en la historia del cine. La paternidad, la monogamia, la fidelidad, los patrones económicos y la doble moral son sometidos  a un juicio cuyas  resonancias se sienten todavía hoy, cuando una cruzada neo conservadora se apodera del mundo.
-Aún así, no entiendo del todo,  replicó  una  chica pelirroja  con pinta  retro punk. La mitad de los presentes somos hijos de padres  separados o de madres  solteras  y aquí estamos: vivos.
-Vamos por partes, contesté : Una cosa es sobrevivir  y otra muy distinta vivir, en el más amplio sentido de la expresión. De  hecho, el mundo está lleno de sobrevivientes de múltiples holocaustos, con el corazón y la cabeza desbaratados por tanto perdigonazo. Pero  ese no es el punto. Volvamos mejor a El último  tango:
La obra del director de Novescento asustó a muchas conciencias por su propósito  manifiesto de socavar los cimientos de una institución postulada como la esencia misma de la sociedad. Basta con hacer  un breve recuento  histórico para entender por qué el mismísimo Vaticano  se pronunció sobre el asunto. Para empezar, en  el reino animal  la familia es la manada, organizada para reproducirse, buscar alimento y protegerse de los depredadores. Es decir, una cuestión de pura  supervivencia.
Acto seguido viene el primer componente cultural : La tribu. A los móviles mencionados esta última añade las pugnas por la conquista o la conservación del poder, ligadas a la ocupación de nuevos territorios. Y no  hablamos de poca cosa en una especie afecta a multiplicarse a un ritmo de locos.
Un poco  más adelante aparece el simbolismo religioso como agente de cohesión : Es la Sagrada Familia instaurada por la divinidad a modo de barrera contra la  amenaza de disolución manifiesta en los instintos y apetitos de la bestia mencionada  dos párrafos atrás. La familia es aquí la antítesis de la manada.
Y lo último pero no menos importante : La familia es también, y sobre todo, una institución de carácter  cultural y económico. Cultural, en su papel de transmisión de valores y anti valores. Parámetros  éticos, prejuicios, clasismos  y racismos se reparten en dosis desiguales , dependiendo de los intereses y el grado de formación de quienes detentan el poder al interior del grupo. Y económico, porque hasta ahora no se ha inventado un mecanismo más confiable para conservar, transferir y multiplicar los bienes materiales¿O no han pensado ustedes en el terror sagrado que  les inspiran a los padres millonarios las andanzas sexuales de  sus hijos disolutos? Pura cuestión de herencias.
De modo que el escándalo tampoco tenía relación con lo planteado por algunas feministas  de la época, indignadas  por la desnudez completa de la protagonista femenina, mientras en algunas escenas el maniático de Brando tenía sexo sin desabrocharse un botón . En el fondo,películas  del talante de El último Tango en París, así como La naranja mecánica o Sunset Bulevar  despiertan en muchos  el temor de que un día el arte sacará fuerzas de no se sabe donde  para derribar al menos unos cuantos de  los muchos fetiches que nos asfixian. Si lo dudan, vuelvan a ver la obra de Bertolucci. No importa si  han pasado cuarenta años.

11 comentarios:

  1. Your absence has gone through me like thread through a needle. Everything I do is stitched with its color。 Michael Kors Hamilton

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  2. Thanks a lot, Mr Michael Kors Hamilton.

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  3. Excelente post, Gustavo, he aprendido mucho. Justamente esta mañana estuve comentando con mi mujer la desaparición de Nora Ephron y su aporte a la comprensión de la relación hombre-mujer en Estados Unidos, asi como el papel de la familia (recordamos su comentario de que una mujer no debía casarse con un hombre del que no valiera la pena divorciarse) y sus altibajos en la sociedad moderna. No se nos ocurrió el ejemplo de Ultimo Tango… pero le veo puntos de contacto. Algo termina y algo comienza, siempre, siempre. A tu alumno alguien, en el futuro, un jovencito, le hará una pregunta parecida, tal vez refiriéndose a Lady Gaga u otro pionero cultural de la actualidad.

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  4. Magnifica reflexión y poderosa lectura de ese excelente film de Bertolucci, amigo Gustavo. A pesar de los años no deja de tener una apuballante actualidad. Tal es su fuerza simbólica que he leido por ahí que la protagonista femenina quedó marcada para el resto de sus dias, en ese entonces, ella con apenas 19 años no era consciente de la magnitud y polémica que la pelicula generó en todo el mundo. Confesando que no perdonaba al director por haberla convencido de hacer una escena tan brutal (la de la mantequilla) a pesar de su edad y aparente inocencia. Como usted bien sugiere, vista al dia de hoy, su carga sexual es prácticamente inocua, no así sus tremendos desafios y cuestionamientos a los cimientos de nuestra hipócrita y materialista sociedad actual.

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  5. Apreciado José. Por uno de esos misterios cuasi metafísicos que rodean a Internet , he tenido bastantes dificultades para ingresar mis comentarios a su blog. Disfruté mucho el de los gansos, pero todavía más la certera receta de don Lalo para conjurar un miedo que también comparto, pues de niño fui atacado por una bandada en pleno de esos bellos y eventualmente letales plumíferos.
    Pasando a la presente entrada, creo que igual acontece con una película tan despiadada como Saló, del gran Passolini, despojada de su corrosiva diatriba política, en un momento de la historia en que los totalitarismos de izquierda y derecha, así como los religiosos, se entronizan detrás de otros ropajes.

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  6. "¿ Miedo? ¿ Hablas del miedo? Hay que haber estado metido en el mismísimo culo de la muerte para saber lo que es el miedo" le enrostra el torturado personaje de Brando a la muchacha encarnada por María Schneider. Por diálogos como ese, El último Tango ya tiene asegurado un lugar en las historia de la cultura del último siglo, mi querido don Lalo.

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  7. Este... miedo con o sin mantequilla?

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  8. Se lo recomiendo con mantequilla... preferiblemente de Soja.

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  10. Son las escenas impactantes, digamos desde un ángulo semiológico, casi que explícitas en su cargas simbólica (guardando cierto contexto con la fecha en la cual se realizó el largometraje) las que definen el argumento de cada historia. Pareciera que el cine, Gustavo, tuviera, en estos tiempos, más facilidad para hacer llegar un mensaje político o ético. Aunque creo que aún no sabemos leer del todo lo visual; no comprendemos que también allí hay algo más en qué pensar, nos quedamos en el morbo y la descripción de las escenas, pues a veces se piensa en el cine como una forma de sólo entretenimiento crispetero, a diferencia de un libro que hasta quienes poco leen ven en éste un objeto de conocimiento e interpretación.

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  11. Claro, apreciado Eskimal: Como nos tragamos el cuento aquél de que " Una imagen vale más que mil palabras", olvidamos la lúcida y certera visión del poeta Paul Valéry : " Lo más profundo es la piel".

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